El Último Adiós: El Estremecedor Relato de una Mujer Sepultada en Vida
Me desperté con un frío intenso y una oscuridad asfixiante. Me sentí confusa y desorientada, pero rápidamente me di cuenta de que estaba en un ataúd. ¿Cómo había llegado allí? ¿Qué estaba pasando?
Mi corazón empezó a latir desbocado mientras trataba de entender la situación. Revisé mis bolsillos y encontré mi celular. Tenía poca batería y no tenía señal. Sabía que mi única opción era escribirle un mensaje a mi hijo de despedida.
Mis manos temblaban mientras tecleaba las palabras en la pantalla. Explicaba lo que estaba sucediendo, le decía lo mucho que lo amaba y le pedía que se cuidara. Las lágrimas caían sobre la pantalla mientras escribía mi último adiós.
Cuando terminé el mensaje, la batería de mi celular se agotó por completo. Me quedé en la oscuridad, con la sensación de que el aire se volvía cada vez más escaso. Intenté gritar, pero el sonido no salía de mi boca.
La desesperación se apoderó de mí. Sabía que mi tiempo se agotaba. Me aferré a la esperanza de ser rescatada, pero el silencio y la oscuridad eran abrumadores. Sentí cómo mi conciencia se debilitaba lentamente.
El frío se volvió insuperable y mi respiración se volvió superficial. Mi visión se nubló y mis fuerzas me abandonaron. Mi último pensamiento fue para mi hijo, esperando que supiera cuánto lo amaba.
Y luego, todo se volvió negro. Mi vida se desvaneció en la oscuridad del ataúd. Mi cuerpo quedó inerte, mientras mi espíritu abandonaba este mundo.
Nunca supe cómo o por qué me dieron por muerta y me enterraron viva. Pero mi mensaje de despedida a mi hijo fue mi último acto en este mundo. Mi historia quedó envuelta en misterio, pero mi amor por él perdurará eternamente.
-La lúgubre tarea de enterrar a mi padre había llegado. Aún aturdido por la pérdida, me dirigí al cementerio donde sería sepultado junto a mi madre, quien había fallecido misteriosamente hace unos meses. A medida que nos acercábamos al lugar, una sensación de inquietud me invadió. Recordé las extrañas circunstancias que rodearon la muerte de mi madre. La idea de visitar su tumba me resultaba aterradora.
Sin embargo, al llegar al cementerio, la sorpresa fue abrumadora. Mi padre estaba siendo sepultado en la misma tumba que mi madre. Mientras el ataúd era descendido en la fosa, noté algo extraño en el suelo. Estaba parte del ataúd de mi madre roto . Me acerqué y vi un celular. Lo recogí y noté que era el teléfono de mi madre. Apagado pero logré encenderlo.
Mi corazón se aceleró al ver un mensaje no leído. Abrí la aplicación de mensajería y vi que era un mensaje de mi madre, enviado justo antes de su fallecimiento. Temblando, comencé a leer:
"Hijo mío, si estás leyendo esto, significa que he sido dada por muerta y estoy en este ataúd. No sé cómo sucedió, pero estoy atrapada aquí. Mi celular es mi única conexión con el mundo exterior. Te amo tanto, y quería despedirme antes de partir. Espero que encuentres este mensaje a tiempo. Te amo, mamá."
Mis manos temblaban mientras leía el mensaje una y otra vez. No podía creer lo que estaba viendo. Mi madre había estado viva cuando la enterraron junto a mi padre. La angustia y el horror se apoderaron de mí. Miré a mi alrededor, sintiendo que algo me observaba desde las sombras del cementerio.
Decidí salir corriendo del lugar, con el celular de mi madre en mano. No podía soportar la idea de quedarme allí ni un segundo más. Mientras me alejaba, escuché un murmullo proveniente de la tumba de mis padres. Me detuve en seco y volteé, pero no había nadie allí.
Llegué a casa con el corazón palpitante. Intenté llamar a la policía, pero el celular de mi madre se quedó sin batería. Decidí cargarlo y esperar a que encendiera para hacer la llamada. Sin embargo, la ansiedad me invadía. Sentía que algo oscuro y siniestro me seguía de cerca.
Finalmente, el celular se encendió. Marqué el número de emergencia y esperé con nerviosismo. Pero antes de que pudiera decir una palabra, escuché una voz familiar al otro lado de la línea. Era la voz de mi madre, pero sonaba distorsionada y siniestra. Me sentí invadido por un escalofrío y mi instinto me gritaba que colgara, pero mi curiosidad y necesidad de respuestas me mantuvieron escuchando.
Mi madre me hablaba desde la otra línea, pero sus palabras eran incoherentes y susurros inquietantes. Hablaba de estar atrapada en la oscuridad, de ser perseguida por algo malévolo y de que necesitaba mi ayuda para ser liberada. El horror se apoderó de mí mientras escuchaba su angustiosa voz.
De repente, la llamada se cortó. Miré el celular y vi que la batería se había agotado por completo. Sentí una sensación de pánico al darme cuenta de que mi madre seguía atrapada en el ataúd, en la oscuridad, y que yo era su única esperanza de ser rescatada.
Decidí regresar al cementerio esa misma noche, llevando conmigo herramientas para abrir el ataúd. La oscuridad y la quietud del lugar me envolvieron mientras buscaba la tumba de mis padres. La ansiedad me nublaba la mente, pero sabía que tenía que hacer algo.
Finalmente, encontré la tumba y comencé a cavar frenéticamente. La tierra era fría y húmeda bajo mis manos, y el sonido de mis propias respiraciones resonaba en mis oídos. Finalmente, logré abrir el ataúd de mi madre.
Lo que vi en su interior me dejó sin aliento. Mi madre yacía allí, con los ojos abiertos y una expresión de terror en su rostro. Su piel estaba fría y pálida, y había arañazos en la tapa del ataúd, indicando que había intentado desesperadamente liberarse.
Sin perder tiempo, la saqué del ataúd y la llevé a un lugar seguro. Intenté reanimarla, pero era demasiado tarde. Mi madre había perdido la vida en el ataúd, atrapada y sin poder escapar de la oscuridad.
El horror y la tristeza me abrumaron. No entendía cómo había sucedido, cómo mi madre había sido declarada muerta prematuramente y enterrada viva. Me sentí impotente y devastado por su pérdida.
Desde esa noche, no volví a ser el mismo. El terror y la angustia me perseguían constantemente, y el cementerio se convirtió en un lugar prohibido para mí. Nunca encontré respuestas sobre lo que había sucedido, y la historia de mi madre quedó como un oscuro misterio sin resolver.
El celular de mi madre se convirtió en un recuerdo espeluznante de aquellos días, y nunca volvió a funcionar después de quedarse sin batería. A veces, en mis momentos de silencio y soledad, todavía puedo escuchar la voz distorsionada de mi madre en mis pensamientos, pidiendo ayuda desde la oscuridad.
La historia de mi madre se convirtió en una leyenda urbana en mi ciudad, y el cementerio donde yacen mis padres ahora es considerado como un lugar embrujado. Nadie sabe qué sucedió
0 Comentarios