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Las cabras trepadoras

 Las cabras trepadoras

Hace unos años, una pequeña comunidad rural fue atormentada por una extraña y siniestra presencia. Al principio, parecía ser un mito local: hablaban de unas cabras trepadoras que merodeaban por los alrededores del pueblo. Pero a medida que pasaban los días, los rumores se convirtieron en verdades terroríficas.

La gente comenzó a encontrar rastros de las cabras en sus propios jardines y patios traseros. Las huellas que dejaban eran inquietantemente humanas, como si las cabras estuvieran paradas en dos patas. Además, las cabras parecían tener una extraña obsesión por los árboles y trepaban por las ramas con habilidad y destreza, algo que se consideraba inusual para su especie.




Pero lo peor estaba por venir. Los vecinos empezaron a reportar que las cabras habían comenzado a acecharlos. Las cabras, con sus ojos fríos y su pelaje grasiento, se acercaban sigilosamente a las casas en la noche. Muchas veces, la gente las veía por la ventana, observándolos fijamente con sus ojos fríos y sin parpadear.

Una noche, un hombre salió de su casa para ahuyentar a una de las cabras. Pero cuando se acercó a ella, la cabra saltó sobre él y comenzó a morderle el cuello. La gente corrió a ayudarlo, pero cuando llegaron, la cabra había desaparecido. El hombre estaba gravemente herido y murmuraba sobre "ojos fríos y dientes afilados".

La comunidad se encontraba aterrorizada. Las cabras trepadoras continuaban merodeando por la zona, acechando en las sombras y atacando sin previo aviso. La gente comenzó a cerrar sus puertas y ventanas por la noche, pero sabían que no estarían seguros mientras las cabras siguieran ahí fuera, acechando en las sombras.

Hasta el día de hoy, nadie sabe de dónde vinieron esas cabras trepadoras, ni por qué estaban tan obsesionadas con la gente y los árboles. Pero la gente del pueblo sabe que no se pueden bajar la guardia, y que la siguiente vez que se topen con una de esas criaturas, podrían no tener tanta suerte.

Con el tiempo, la leyenda de las cabras trepadoras se extendió más allá del pueblo, atrayendo a investigadores y curiosos de todo el país. Muchos llegaron con la esperanza de ver a las cabras en acción, pero la mayoría regresó decepcionado.




Sin embargo, hubo un pequeño grupo de investigadores que se obsesionaron con el caso y decidieron quedarse en el pueblo para estudiar las cabras más de cerca. Durante semanas, estudiaron el comportamiento de las cabras, tomando notas y grabando videos. Pero cuanto más aprendían, más misterioso se volvía todo.

Las cabras parecían tener una especie de inteligencia o conciencia superior, como si estuvieran operando en conjunto y tuvieran un plan secreto. Los investigadores comenzaron a sospechar que algo más siniestro estaba sucediendo detrás de las escenas, algo que estaba fuera de su comprensión.

Finalmente, una noche, mientras estaban en su laboratorio, escucharon un ruido en la ventana. Al acercarse, vieron una figura oscura y peluda, con ojos fríos y brillantes, observándolos fijamente. Supieron en ese momento que habían sido descubiertos y que su vida estaba en peligro.

Los investigadores intentaron huir, pero las cabras los persiguieron hasta la oscuridad de la noche. Nunca se encontraron sus cuerpos, pero la gente del pueblo sabe que las cabras trepadoras siguen ahí fuera, acechando en las sombras y esperando a su próxima víctima.

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