Salió de casa con un objetivo claro: ir al Alto de la Madera, en Gijón, para cobrar una deuda importante. Tenía 33 años, era de Laviana y residía en el barrio gijonés de Montevil. Aquel 27 de diciembre de 2012 se convirtió en su último día con rastro cierto. Desde entonces, la pregunta permanece intacta: ¿dónde está Cristian Cueli?
La versión más repetida sitúa a Cristian en un taller del Alto de la Madera donde habría ido a saldar o cobrar una operación vinculada a 50.000 euros. En ese punto termina la certeza y empieza la sombra. Dejó su coche allí y ya no volvió. La Policía Judicial abrió diligencias desde el primer momento.
Quienes le vieron aquel día hablan de un hombre alto (≈1,80 m), calvo y muy musculado. En los días posteriores, familiares y amigos organizaron batidas por el monte mientras los investigadores reconstruían sus últimas horas conocidas. La ciudad se llenó de carteles con su rostro; el silencio, también.
Uno de los relatos clave provino del entorno del taller: alguien aseguró que, después de estar allí, Cristian fue trasladado a Pola de Siero y se subió a un coche de alta gama, un Porsche, en el que irían uno o dos individuos. La Policía no pudo corroborar completamente esa versión, pero nunca dejó de figurar en la cronología oficiosa.
Antes de desvanecerse, envió un mensaje a su novia; luego, nada: sin llamadas, sin pagos, sin cámaras que lo devuelvan. La última imagen fiable lo deja junto al monte y el olor a taller. Para su familia, aquello no fue una marcha voluntaria: fue un corte neto.
El caso atravesó los años entre nuevas líneas de investigación y archivos provisionales. En 2019 se anunció un impulso que no produjo resultados públicos; en 2021, con el octavo aniversario, la prensa local repasó las claves y recordó que el expediente seguía abierto en la Policía Nacional.
En 2014, un juzgado tramitó el expediente de declaración de ausencia civil: burocracia amarga que constata lo inolvidable, que no hay noticias del ausente desde el 27/12/2012. El papel certificó el vacío; la familia se negó a rendirse.
El Alto de la Madera quedó como símbolo: coche propio aparcado, ruido de taller, versiones cruzadas y una salida en Porsche que nadie logró clavar con una cámara. En los montes de Gijón, cuando cae la tarde, la niebla guarda mejor los secretos que cualquier cofre.
Los investigadores han manejado hipótesis que van desde un ajuste de cuentas hasta un secuestro o un traslado forzado tras aquel encuentro. El móvil económico y el entorno de la operación en metálico se consideran piezas de peso, pero sin cuerpo, sin escena, el puzle se resiste a cerrar.
Datos verificables y útiles para difusión: 1,80 m aprox., calvo, muy musculado, gijonés de Montevil y nacido en Laviana; última vez visto el 27/12/2012 en Alto de la Madera (Gijón). Dejó su vehículo y, según un testimonio no confirmado por la policía, se subió a un Porsche con al menos otra persona.
Doce inviernos después, el nombre de Cristian González Cueli sigue marcando uno de los misterios sin resolver de Asturias. Cada reiteración mediática devuelve su rostro a los ojos que quizá no miraron bien aquel día, o que guardan un recuerdo que aún no han contado.
A veces, lo que rompe un caso así no es una gran prueba, sino un detalle menor: una matrícula apuntada de oído, una foto tomada de espaldas, un itinerario que alguien recuerda años después. Si conoces quiénes iban en ese coche o qué pasó tras el taller, tu voz puede cerrar el frío.
Si tienes cualquier pista sobre Cristian Cueli, contacta con Policía Nacional o con SOS Desaparecidos. En historias como esta, un hilo fino puede ser el que devuelva a casa a quien falta.
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