La noche del 3 de mayo de 2007, en Praia da Luz (Algarve, Portugal), Madeleine Beth McCann, de 3 años, desapareció de la cama del apartamento vacacional donde dormía con sus hermanos gemelos mientras sus padres cenaban con amigos a unos metros. El caso se convirtió en el expediente de persona desaparecida más mediático de la historia reciente, y desde entonces su paradero sigue siendo desconocido.
Las primeras horas mezclaron búsquedas contrarreloj y errores: la Polícia Judiciária trabajó con líneas de secuestro y accidente, y meses después nombró arguidos a los padres —figura que se archivó en 2008 por falta de pruebas—. La ausencia de una escena sólida, de testigos concluyentes y de un rastro biológico decisivo dejó la investigación en un limbo que marcó a Portugal y al Reino Unido.
En 2011, Scotland Yard relanzó el caso con Operation Grange. El equipo británico ha mantenido una revisión permanente del sumario portugués y de nuevos indicios. El Home Office aprobó financiación adicional en 2024 y otra partida en abril de 2025, elevando el coste acumulado a más de £13 millones y sosteniendo un equipo reducido pero activo.
El gran giro llegó en junio de 2020, cuando fiscales alemanes señalaron como principal sospechoso al ciudadano alemán Christian Brückner (Brueckner), con historial de delitos sexuales en el Algarve y datos de telefonía que lo situarían cerca del apartamento la noche de la desaparición. Desde entonces, Alemania lidera la hipótesis de homicidio, que el sospechoso niega.
Las pesquisas germanas y portuguesas han alternado fases de silencio con registros masivos. En 2023 se buscó en el embalse de Barragem do Arade, y en junio de 2025 se practicaron nuevas batidas en matorrales y construcciones abandonadas entre Praia da Luz y la vivienda que Brückner ocupó entonces, con radar de penetración y maquinaria pesada, sin anuncios de hallazgos concluyentes.
En paralelo, Brückner enfrentó juicios en Alemania por delitos sexuales no relacionados con Madeleine. En octubre de 2024 fue absuelto de varias acusaciones de abusos y violaciones supuestamente cometidos en Portugal, un revés que, según Reuters, abrió la posibilidad de su salida de prisión cuando terminara otra condena previa.
A comienzos de 2025, la fiscalía de Braunschweig admitió que no veía perspectivas inmediatas de presentar cargos por el caso McCann, aunque insistió en que la investigación seguía abierta. El mensaje fue claro: no hay base procesal suficiente por ahora, pese a los años de trabajo pericial y a la cooperación internacional.
El otoño de 2025 trajo un nuevo impacto público: tribunales alemanes dictaminaron que el principal sospechoso podía abandonar Alemania, al considerar que imponer restricciones adicionales vulneraría su derecho a la libertad de movimiento una vez cumplidas sus penas vigentes o medidas cautelares. La noticia encendió alarmas sobre un posible cambio de país mientras el expediente McCann permanece sin cargos.
En el plano británico, el relato oficial sostiene la búsqueda con recursos acotados, sosteniendo la cooperación con Portugal y Alemania. La cronología periodística actualizada recuerda que, por ahora, el caso sigue sin pruebas forenses definitivas, sin cuerpo y sin imputación firme por la desaparición.
Para la familia McCann, cada aniversario es una mezcla de esperanza y duelo suspendido. En mayo de 2025, al cumplirse 18 años, volvieron a pedir información y a agradecer el apoyo, insistiendo en que cualquier evolución —en vida o no— sería un paso hacia la verdad. La campaña oficial mantiene activos los canales de contacto.
Las teorías han ido desde el secuestro planificado hasta un ataque de oportunidad vinculado al entorno del Algarve. La vía alemana gira en torno a telefonía, movimientos y perfiles delictivos asociados a Brückner; sin un anclaje probatorio que supere el umbral judicial, la causa permanece en investigación.
El caso McCann ilustra los límites de la investigación internacional cuando el tiempo borra rastros y las jurisdicciones imponen ritmos distintos. Aun así, la inyección periódica de fondos y las búsquedas sobre terreno clave indican que las autoridades siguen considerando que puede existir prueba recuperable o testigos tardíos.
Si estuvieras en el Algarve en mayo de 2007 y guardas fotos o recuerdos sin revisar, un detalle mínimo —una matrícula, un rostro, una furgoneta— podría ser la ficha que falta. En Europa, los canales oficiales siguen siendo findmadeleine.com y las líneas de policía local/nacional de cada país implicado.
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