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El asiento de la muerte: la butaca numero 13 del cine

 El asiento de la muerte: la butaca numero 13 del cine

En un viejo cine, había una butaca maldita número 13. Cada vez que alguien se sentaba allí, cosas extrañas empezaban a sucederle. La mayoría de las veces, la gente no se daba cuenta de que era la butaca la causante de sus desgracias. Pero los que lo sabían, trataban de evitarla a toda costa.

Un día, un hombre llamado Tom decidió ver una película en el cine. No había muchos espectadores, y Tom se sentó en la butaca número 13, sin saber que estaba maldita. Después de unos minutos, la butaca comenzó a vibrar, y Tom sintió una presencia fría y oscura a su alrededor. Pero no le dio mucha importancia y continuó viendo la película.




De repente, su cuello comenzó a dolerle. Pensó que había dormido mal la noche anterior, pero la sensación se hizo cada vez más intensa y dolorosa. Luego, su visión comenzó a desvanecerse, y la sala de cine parecía estar desapareciendo ante sus ojos. Cuando intentó levantarse de la butaca, se dio cuenta de que estaba atrapado.

Tom comenzó a gritar, pero nadie lo escuchaba. De repente, una figura oscura apareció frente a él y comenzó a susurrar en su oído. Tom no podía entender lo que decía, pero podía sentir su presencia maligna. Luego, la figura desapareció, y Tom perdió el conocimiento.

Cuando despertó, estaba en el hospital. Los médicos no podían explicar lo que le había sucedido. Tom nunca volvió al cine y se aseguró de advertir a todos sobre la butaca número 13.

Pero la leyenda de la butaca maldita continuó. Muchas personas siguieron sentándose allí, sin saber lo que les esperaba. Y cada vez que alguien lo hacía, la presencia oscura y malvada se hacía más fuerte. Se decía que era la presencia del diablo en persona, que había tomado posesión de la butaca y estaba esperando para atacar a los desprevenidos.

La butaca número 13 fue retirada finalmente del cine, pero algunos dicen que todavía puede sentirse su presencia en la sala, esperando a que alguien la vuelva a ocupar y sufrir su maldición.




Pero algo extraño comenzó a suceder en los días siguientes. Tom comenzó a tener extrañas pesadillas sobre la butaca maldita y la figura oscura que había aparecido frente a él en el cine. Sentía como si la presencia maligna estuviera siguiéndolo a todas partes.

Un día, Tom desapareció sin dejar rastro. La policía investigó su desaparición, pero no encontraron ninguna pista. La leyenda de la butaca maldita resurgió con más fuerza que nunca, y la gente comenzó a creer que el diablo se había llevado a Tom como venganza por advertir sobre la butaca.

Nadie sabe qué le sucedió a Tom, pero algunos dicen que fue arrastrado a un mundo oscuro y maligno, donde su alma es torturada por toda la eternidad. Otros creen que simplemente se desvaneció en la nada, absorbido por la maldición de la butaca maldita número 13 del cine.

Desde entonces, nadie ha vuelto a ocupar esa butaca en el cine, y muchos creen que la maldición nunca desaparecerá.

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