Ángel Echevarría Cuesta — salió de casa en Bolueta y, desde entonces, Bilbao no volvió a verlo (2023–2025)

Bilbao (Vizcaya) — lunes, 5 de octubre de 2015.
Ángel Echevarría Cordón tenía 20 años cuando desapareció aquel día. Vivía entre el barrio y su casa familiar, en un entorno que conocía bien. Salió como en tantas tardes, sin prever que no volvería.
Tenía una estatura aproximada de 1,75 m, peso estimado de 65 kg, cabello negro y ojos marrones. En su ficha oficial de la asociación SOS Desaparecidos aparece con la referencia 25-00687. 

La última vez que se le vio vestía una camiseta amarilla, sudadera o “niki” de rayas verdes y amarillas, pantalón vaquero y zapatillas negras de la marca New Balance. 


Desde aquella tarde, nadie ha podido confirmar una visión fiable de Ángel. Su teléfono dejó de estar operativo y las cámaras del barrio no proporcionaron imágenes concluyentes. Su desaparición se convirtió en un misterio: ¿hábeas salido como cada día y desaparecido? ¿O algo le impidió regresar?

Las autoridades de la Ertzaintza abrieron la investigación, y se abordaron varias líneas: la hipótesis de desaparición voluntaria, la de accidente o pérdida, y la de posible intervención de terceros. Sin embargo, ninguna prueba ha alcanzado hasta ahora el caracter de decisión judicial. El caso sigue oficialmente sin resolverse. 

La familia, decidida a no dejar morir su nombre, ha organizado campañas de difusión, pegado carteles y mantenido viva la búsqueda en redes. Cada aniversario del 5 de octubre se convierte en un recordatorio del vacío que Ángel dejó.


A día de hoy, la ficha sigue activa y se mantiene un llamamiento para que cualquier testigo que lo haya visto después del 5 de octubre de 2015 en Bilbao —especialmente en los barrios de Bolueta, Santutxu, Txurdinaga o en las cercanías del río Nervión—, contacte con una de estas entidades: la Ertzaintza, SOS Desaparecidos, o la familia de Ángel.

> “Saliste de casa una tarde como otra.
Ningún camino te trajo de vuelta.”



El caso de Ángel Echevarría Cordón es un espejo de muchas desapariciones: sin autor, sin cuerpo, sin cierre. La espera sigue, la memoria persiste y la comunidad se mantiene vigilante.

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