El Ayuntamiento de Telde formalizó su implicación pública en el dispositivo el 30 de octubre, detallando un despliegue municipal en apoyo a la investigación estatal: Policía Local, Protección Civil y la Unidad de Drones Unidron —especializada en rastreo aéreo— peinan barrancos, áreas periurbanas y edificaciones abandonadas siguiendo las líneas marcadas por la Policía Nacional.
Los medios autonómicos y locales reforzaron el llamamiento. RTVC recordó que la alerta policial permanece abierta “en toda Gran Canaria” y que Unidron realiza vuelos de reconocimiento en zonas de difícil acceso, mientras los equipos de tierra rastrean corredores naturales alrededor de Telde.
La descripción difundida por SOS Desaparecidos y replicada en prensa concreta señales físicas útiles para la identificación: 1,65 m de estatura, complexión gruesa, pelo moreno y canoso, ojos verdes y cojera en la pierna derecha. Son los rasgos que deben guiar cualquier aviso ciudadano en comercios, transporte y vías secundarias.
Veinte días después de la desaparición, TeldeActualidad recogió la angustia familiar y un dato clínico relevante: Iván padece un trastorno mental y necesita medicación urgente, fármacos que —según el entorno— no llegó a recoger tras el 15 de octubre. El móvil permanece apagado desde el primer día, lo que aumenta la preocupación por su estado y dificulta la geolocalización.
La cobertura local ha interpelado también a las instituciones por la visibilidad del operativo en los primeros días, una cuestión que el consistorio aclaró posteriormente al detallar la coordinación constante con Policía Nacional y la labor técnica de Unidron y Protección Civil desde el inicio. En paralelo, continúa la movilización vecinal en redes y grupos de barrio.
A fecha de hoy no existe un avistamiento corroborado ni una cámara que sitúe a Iván con hora y lugar precisos tras su última presencia conocida. Por eso el foco operacional persiste en Telde y su entorno: cauces, senderos, laderas y bolsas de terreno menos transitadas donde un detalle pequeño —una prenda, una conversación, una matrícula— puede estrechar el mapa.
La familia pide que la búsqueda no se detenga. En declaraciones recogidas por la prensa insular, insisten en mantener la difusión responsable de su fotografía y señas, evitando rumores y canalizando solo información verificable a los teléfonos y correos habilitados. Es la forma de convertir empatía en pistas útiles para los equipos de investigación.
Si estabas en Telde o transitaste por Gran Canaria el 15 de octubre de 2025 (y días posteriores) y recuerdas una bici, un coche, una conversación, una parada inusual; si tu comunidad tiene cámaras de portal o de parking con archivos de esas fechas, revisarlas y entregar el material puede ser determinante. En búsquedas sin anclaje digital, la memoria vecinal y los registros privados suplen el hueco que dejan los teléfonos y las señales de red.
Iván Pérez Alejandro tiene 42 años. No es un expediente: es un hijo, hermano y vecino que falta. La alerta sigue activa y el dispositivo continúa abierto. Cualquier información debe remitirse a la Policía Nacional y, en su caso, a SOS Desaparecidos (delegación Canarias). En estos mapas que parecen cerrarse, a veces una pista mínima es la llave que trae a una persona de vuelta a casa.
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