El árbol embrujado del supermercado: la tentación de la riqueza a cualquier costo

En el centro de la ciudad se encontraba un supermercado muy popular. Los clientes acudían en masa a comprar sus productos, pero pocos notaban el árbol cercano al estacionamiento. Este árbol era un antiguo roble con ramas retorcidas y una corteza áspera que parecía retorcerse de dolor.

La mayoría de las personas que pasaban por allí simplemente lo ignoraban, pero algunos notaron algo extraño en él. Una de sus hojas parecía diferente al resto, brillando con un tono dorado que la hacía destacar. Algunos pensaron que era un billete de cien dólares, pero cuando lo intentaban tomar, la hoja se desvanecía entre sus dedos.

Sin embargo, la hoja dorada continuaba apareciendo y desapareciendo, llamando la atención de quienes buscaban una oportunidad para hacerse con algo de dinero. Pronto, una leyenda urbana comenzó a correr entre los empleados y clientes del supermercado: el árbol estaba embrujado y ofrecía billetes de cien dólares a cambio de un pequeño precio.

Al principio, solo unos pocos aceptaron el trato. Pero una vez que empezaron a gastar el dinero, no podían resistirse a volver por más. El árbol nunca dejaba de ofrecer hojas doradas a cambio de un precio cada vez más alto. Y aunque algunos notaron que su energía vital disminuía después de aceptar el trato, la mayoría de ellos seguían buscando más dinero.

Lo que no sabían era que el árbol era una entidad oscura y malvada que se alimentaba de las almas de los incautos. Cada hoja dorada que entregaba era una trampa para atraer a más personas a su influencia y consumir su energía vital. Y una vez que el árbol tomaba su cuota, no había vuelta atrás.

Los clientes del supermercado comenzaron a desaparecer sin dejar rastro. Sus familias los buscaban desesperadamente, pero nunca se encontraban pistas. Solo quedaban los cadáveres sin vida cerca del árbol, como una advertencia para aquellos que se atrevieran a desafiar su poder.

Pero a pesar de la creciente cantidad de desapariciones, todavía había algunos que caían en la trampa del árbol. El árbol seguía ofreciendo hojas doradas, y la tentación de la riqueza fácil era demasiado grande para resistirla.

Hasta que finalmente, el árbol pareció saciarse. Ya no ofrecía hojas doradas a los que se acercaban, y los que habían aceptado el trato se dieron cuenta demasiado tarde de su error. Su energía vital había sido consumida y ahora eran solo sombras sin vida.

El árbol continuó en su lugar, retorciéndose con el dolor que causaba la energía vital de sus víctimas. Y aunque el supermercado fue cerrado, algunos dicen que el árbol todavía permanece allí, esperando a sus próximas víctimas.

Los rumores sobre el árbol embrujado y sus terribles consecuencias se extendieron rápidamente por la ciudad, y muchos pidieron que el árbol fuera cortado para evitar que más personas fueran víctimas de su maldición. Pero cada vez que alguien intentaba acercarse con una sierra o hacha, algo extraño ocurría.

Las herramientas se rompían o se atascaban en la corteza del árbol. Incluso los más valientes y experimentados leñadores no podían cortar ni una sola rama. Parecía que el árbol estaba protegido por una fuerza invisible que lo hacía imposible de talar.

Los expertos en lo paranormal sugirieron que el árbol estaba protegido por una entidad maligna, una especie de guardián que no permitía que su maldición se extinguiera. Y así, el árbol permaneció en su lugar, desafiando a cualquiera que se atreviera a cortarlo.