Atrévete a jugar con el yo-yo a las 3 am
Había una antigua leyenda que advertía a las personas sobre los peligros de jugar con un yo-yo a altas horas de la noche, especialmente cuando el reloj marcaba las 3 am. Se decía que en ese momento, las puertas entre el mundo de los vivos y el de los muertos se abrían de par en par, permitiendo la entrada de entidades malignas sedientas de almas.
Un grupo de amigos, intrigados por esta leyenda, decidió poner a prueba la advertencia y desafiar al destino. Durante una noche de insomnio, se reunieron en una vieja casa abandonada con sus yo-yos en mano. La atmósfera estaba cargada de nerviosismo y emoción, sin embargo, ninguno de ellos podía imaginar los terribles sucesos que estaban a punto de desencadenarse.
A medida que lanzaban y recogían sus yo-yos, la habitación se llenó de una energía inquietante. El reloj marcaba las 3 am y, de repente, el aire se volvió pesado y opresivo. Los amigos comenzaron a sentir una presencia maligna a su alrededor, como si estuvieran siendo observados por ojos invisibles.
Uno de ellos, tentado por la curiosidad, decidió desafiar aún más las advertencias y continuó jugando con su yo-yo. En ese momento, el objeto pareció cobrar vida propia. Comenzó a girar descontroladamente, emitiendo un sonido siniestro y llenando la habitación con una oscuridad espesa.
El ambiente se volvió cada vez más terrorífico. Las luces parpadeaban, las sombras danzaban en las paredes y los murmullos ininteligibles llenaban el espacio. Los amigos, aterrados, intentaron detener el juego, pero sus yo-yos parecían estar poseídos, resistiéndose a ser detenidos.
Entonces, uno de ellos notó algo espeluznante. El reflejo de su yo-yo en un espejo mostraba una figura sombría y distorsionada que no correspondía a ninguna de las personas presentes. Pronto, se dieron cuenta de que algo malévolo se había materializado a través del juego imprudente.
La entidad demoníaca, alimentada por su interacción con los yo-yos a las 3 am, comenzó a atormentar a los amigos. Los arrastró hacia la oscuridad, uno por uno, mientras gritos desgarradores resonaban en la casa abandonada. La pesadilla se había hecho realidad, y aquellos que habían desafiado la advertencia pagaron un precio terrible.
Desde aquel día, la leyenda de no jugar con el yo-yo a las 3 am se propagó por la región, recordando a todos que hay límites que no deben cruzarse. El sonido del yo-yo girando en la oscuridad todavía provoca escalofríos, y aquellos que lo escuchan se estremecen ante la idea de despertar a entidades malignas en la hora más siniestra de la noche.
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