Caperucita: La Verdadera Bestia del Bosque
Caperucita no era la dulce niña inocente que todos conocían, sino una joven atormentada por problemas mentales.
Caperucita vivía en un pequeño pueblo rodeado de un denso bosque. La gente siempre había notado algo extraño en ella: sus ojos inquietantes y su sonrisa siniestra. Nadie se atrevía a acercarse demasiado, temerosos de lo que pudiera ser capaz de hacer.
Una mañana, la madre de Caperucita le dio la tarea de llevar una canasta de alimentos a su abuela, quien vivía al otro lado del bosque. Pero esta vez, la canasta no estaba llena de pan y mermelada, sino de objetos afilados y peligrosos.
A medida que Caperucita se adentraba en el bosque, su mente se sumergía en un torbellino de pensamientos oscuros. Veía visiones y escuchaba voces que le susurraban que su abuela era el verdadero lobo disfrazado, un ser maligno que buscaba dañarla.
Cuando llegó a la cabaña de su abuela, Caperucita entró sigilosamente, su mente perturbada le dictaba que debía hacer algo terrible. En lugar de una cálida bienvenida, su abuela la recibió con una mirada de horror y miedo. Sabía lo que estaba por venir.
Caperucita, consumida por su locura, se abalanzó sobre su abuela con la intención de hacerle daño. La pobre anciana luchó por su vida, pero fue superada por la fuerza despiadada de Caperucita. Pronto, su abuela yacía en el suelo, sin vida.
La niña enferma, ensangrentada y con la mente turbia, se puso la ropa de su abuela y se acostó en su cama. Esperaba ansiosa la llegada de su verdadero objetivo: el cazador que solía visitar a su abuela.
Cuando el cazador entró en la cabaña, Caperucita lo miró fijamente con sus ojos desquiciados. Le dijo que había matado al lobo y que ahora él debía pagar por sus pecados. Antes de que el cazador pudiera reaccionar, Caperucita le atacó con la misma ferocidad que había usado contra su abuela.
Con su cometido cumplido, Caperucita se adentró en el bosque, dejando un rastro de muerte y horror a su paso. Nadie podía detenerla, ya que su mente enferma la impulsaba a cometer actos cada vez más violentos.
La leyenda de Caperucita Roja se transformó en una advertencia para aquellos que se encontraban con una niña de capa roja. Su historia se convirtió en una pesadilla recurrente para los habitantes del pueblo, quienes temían cruzarse en el camino de esa criatura despiadada y perturbada.
Caperucita continuó su macabra travesía, buscando nuevas víctimas y sembrando el terror en los corazones de todos aquellos que la encontraban en su oscuro camino. Su historia se convirtió en una leyenda que perduró en el tiempo, una advertencia de que incluso los cuentos de hadas pueden volverse pesadillas retorcidas.
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