Demonio de la Mano Fría
Érase una vez un hombre llamado David que estaba caminando solo por el bosque en la oscuridad de la noche. De repente, vio una figura en la distancia que parecía un ángel. La figura estaba bañada en luz y emitía un aura celestial que lo dejó sin aliento. David estaba asombrado por la presencia del ángel y sintió un gran impulso de acercarse a él.
Con un corazón latiendo fuertemente, David se acercó al ángel y le pidió que le diera la mano. Pero para su sorpresa, el ángel no respondió a su petición. David esperó un momento más, pero aún así, no hubo respuesta. En cambio, el ángel simplemente se quedó allí mirando fijamente a David con ojos vacíos y sin expresión.
David comenzó a sentirse incómodo y decidió retirarse. Pero cuando se dio la vuelta para irse, notó que la figura estaba desvaneciéndose lentamente en la oscuridad del bosque. De repente, se dio cuenta de que algo estaba mal. El ángel que había visto no era un ángel en absoluto, sino un demonio disfrazado.
Aterrorizado, David comenzó a correr tan rápido como pudo, pero sintió que algo lo perseguía. Los pasos detrás de él se volvieron cada vez más rápidos y pesados. David sabía que el demonio estaba persiguiéndolo y que no había escapatoria.
Finalmente, el demonio lo alcanzó y lo atacó con una fuerza sobrehumana. David luchó con todas sus fuerzas para defenderse, pero pronto se dio cuenta de que estaba en desventaja. El demonio lo arrastró hacia la oscuridad del bosque, donde su cuerpo nunca fue encontrado.
Desde entonces, la leyenda de "El Demonio de la Mano Fría" ha persistido en la región donde se perdió David. Se dice que si ves a un ángel en el bosque y le pides que te dé la mano, debes asegurarte de que lo haga. Si no lo hace, es porque es un demonio disfrazado. Y si esto sucede, debes huir lo más rápido que puedas antes de que sea demasiado tarde.
La desaparición de David causó conmoción en la pequeña ciudad cercana al bosque. Se formaron grupos de búsqueda para encontrar al hombre desaparecido, pero todos los esfuerzos resultaron en vano. La gente empezó a rumorear sobre la leyenda del Demonio de la Mano Fría, y muchos creían que eso había sido lo que le había sucedido a David.
Pasaron los días y las semanas, pero no se encontró ningún rastro de David. La policía estaba desconcertada y no tenía ninguna pista para seguir. Fue entonces cuando un anciano se acercó a la estación de policía y contó una historia extraña sobre un encuentro que había tenido en el bosque hace años.
El anciano describió cómo se había encontrado con un ángel que parecía estar fuera de lugar. Según él, la figura estaba bañada en una extraña luz y tenía una extraña energía que lo hizo sentir incómodo. El anciano recordó haberle pedido al ángel que le diera la mano, pero que no había recibido respuesta alguna. En lugar de eso, el ángel simplemente se quedó allí, mirándolo fijamente con ojos vacíos y sin expresión.
Los detectives estaban escépticos de la historia del anciano, pero se dieron cuenta de que algo no estaba bien en el bosque. Comenzaron a investigar la leyenda del Demonio de la Mano Fría y se dieron cuenta de que había muchos otros informes similares de encuentros extraños en el bosque durante los últimos años.
Finalmente, los detectives llegaron a la conclusión de que la leyenda podría ser más que solo eso, y que había algo oscuro y peligroso en el bosque. Aunque nunca se encontró el cuerpo de David, la leyenda del Demonio de la Mano Fría persistió en la región, recordando a todos que nunca debían subestimar el peligro de los encuentros sobrenaturales en el bosque.
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