La melodía siniestra de la niña de la tuba
Había una niña llamada Sarah que tenía una gran pasión por la música, especialmente por tocar la tuba. Todos los días, después de la escuela, Sarah se encerraba en su habitación para practicar su instrumento, ignorando todo lo que la rodeaba. Pero una noche, mientras tocaba su tuba, Sarah comenzó a escuchar un sonido extraño que venía de adentro del instrumento.
Al principio, Sarah pensó que su tuba estaba desafinada, pero luego se dio cuenta de que el sonido estaba siendo producido por algo dentro de la tuba. Asustada, trató de detener el sonido, pero no importaba lo que hiciera, no podía detenerlo. De repente, el sonido se detuvo, dejando a Sarah en un silencio incómodo.
Más tarde esa noche, Sarah fue despertada por el mismo sonido, esta vez más fuerte y más persistente. Se levantó de la cama y corrió hacia su tuba, pero esta vez, cuando la tocó, el sonido se detuvo de inmediato. Pero cuando Sarah intentó alejarse de la tuba, sintió que algo la agarraba por el tobillo.
Asustada, Sarah comenzó a gritar, pero nadie la escuchó. La fuerza invisible la arrastró hacia la tuba, y cuando llegó allí, algo la jaló hacia adentro del instrumento. Sarah quedó atrapada dentro de la tuba, gritando y luchando por liberarse, pero era inútil.
A la mañana siguiente, los padres de Sarah encontraron su cuerpo sin vida dentro de la tuba. No podían explicar cómo había llegado allí, pero se rumoreaba que el espíritu de un músico muerto se había posesionado de la tuba de Sarah, y había arrastrado su alma al infierno.
Desde entonces, nadie se atrevió a tocar esa tuba maldita, que fue abandonada en el sótano de la casa de los padres de Sarah. Aunque nadie la tocó, se podía escuchar el sonido de la tuba por las noches, y algunos afirmaban haber visto la figura fantasmal de Sarah tocando el instrumento. La historia de la niña que tocaba la tuba se convirtió en una leyenda popular en la ciudad, y nadie quería acercarse a esa casa en la noche.
Después de la trágica muerte de Sarah, la casa de sus padres quedó en ruinas. La tuba maldita seguía allí, en el sótano oscuro y húmedo, y el sonido extraño seguía escuchándose por las noches. Los vecinos decían que la casa estaba encantada y que se escuchaban ruidos extraños que venían de adentro.
Un día, un grupo de chicos curiosos decidió entrar a la casa abandonada para investigar. Fue entonces cuando escucharon el sonido de la tuba, y se dieron cuenta de que venía del sótano. Con miedo, se acercaron a la puerta, y cuando la abrieron, vieron la tuba en el centro de la habitación, iluminada por una luz fantasmal.
De repente, los chicos vieron a una figura fantasmal, la silueta de Sarah, aparecer de la nada. Estaba tocando la tuba, pero su rostro estaba retorcido en una mueca aterradora. Los chicos corrieron hacia la salida, pero la puerta se cerró de golpe, dejándolos atrapados en la habitación con el espíritu vengativo de Sarah.
La figura de Sarah se acercó a ellos, y los chicos sintieron un frío intenso. Parecía que el espíritu de Sarah había estado esperando por alguien para liberarla de su tormento, y esos chicos eran su última esperanza. Con una fuerza sobrenatural, el espíritu lanzó a los chicos contra la pared, dejándolos inconscientes.
Cuando los chicos despertaron, estaban afuera de la casa, en la calle. No recordaban cómo habían llegado allí, pero sabían que habían sido salvados por el espíritu de Sarah. Desde entonces, nadie se acercó a la casa abandonada, y la leyenda de la tuba maldita se mantuvo viva en la ciudad.
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