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El Reflejo de la Piscina: Una Puerta hacia lo Sobrenatural

 El Reflejo de la Piscina: Una Puerta hacia lo Sobrenatural

Era una noche calurosa de verano cuando Emily decidió refrescarse en la piscina de su casa. El agua reluciente y cristalina parecía invitarla a sumergirse en su frescura. Sin embargo, algo inusual captó su atención: el reflejo de la piscina en la pared.

Mientras Emily se acercaba, notó que el reflejo no era una simple imagen de su piscina, sino que mostraba un paisaje distorsionado y sombrío. Las aguas parecían más oscuras y profundas de lo normal, y algo inquietante parecía acechar bajo su superficie.




Intrigada pero cautelosa, Emily decidió investigar más de cerca. Se acercó a la pared y su reflejo se fundió con el misterioso paisaje en el agua. Un escalofrío recorrió su espalda mientras contemplaba su propia figura en el reflejo. Sus ojos se encontraron con los de su reflejo, pero algo estaba mal. Los ojos del reflejo eran vacíos y siniestros, sin vida alguna.

Sin poder apartar la mirada, Emily se vio arrastrada hacia el reflejo. Su cuerpo se desvaneció en la pared y fue absorbida por el mundo oscuro que se ocultaba detrás del reflejo de la piscina.

Dentro del mundo reflejado, Emily se encontró en un lugar sombrío y perturbador. El agua era espesa como el alquitrán y emanaba un olor putrefacto. A lo lejos, escuchó susurros ininteligibles y risas malévolas que parecían venir de todas direcciones.

Mientras caminaba por aquel lúgubre paisaje, Emily se percató de su propia reflejo en el agua. Pero esta vez, su imagen era distorsionada y grotesca. Su piel estaba pálida y descompuesta, sus ojos vacíos y su cuerpo marchito. Se dio cuenta de que había perdido su verdadera forma en este lugar retorcido.

Desesperada por escapar de esta pesadilla, Emily buscó una salida. Pero dondequiera que mirara, solo encontraba más paredes de agua oscura. El laberinto de su propio reflejo parecía no tener fin.

Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses. Emily se consumía en la desesperación y el terror de este mundo reflejado. Su mente se debilitaba y su esperanza se desvanecía.

Hasta que un día, sin previo aviso, el reflejo de la piscina en la pared desapareció. Emily se encontró de vuelta en el borde de su piscina, temblando y empapada en sudor frío. Miró al agua cristalina y se preguntó si todo había sido solo una pesadilla.




Pero las cicatrices emocionales permanecieron. Cada vez que Emily veía su reflejo en la piscina, sentía un escalofrío recorriendo su espalda. Ya no disfrutaba de los días soleados junto a la piscina, pues siempre tenía la sensación de que algo acechaba tras el reflejo.

Emily aprendió la dura lección de no subestimar el poder de los reflejos. Aquel incidente en la piscina la había marcado para siempre, recordándole que a veces, los reflejos pueden ser ventanas hacia dimensiones oscuras y aterradoras que deberían mantenerse ocultas.

Desde entonces, Emily evitaba mirar su propio reflejo en la piscina, temiendo lo que pudiera encontrarse allí. Y así, su piscina se convirtió en un recordatorio constante de la experiencia sobrenatural que había vivido y que nunca podría olvidar.

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