Zymere Perkins: el niño que el sistema no pudo salvar

 

Era el 26 de septiembre de 2016, en Harlem, Nueva York. Zymere Perkins, un niño de apenas 6 años, vivía en un apartamento pequeño junto a su madre y la pareja de ella, Rysheim Smith. Su infancia, en lugar de estar llena de juegos y ternura, estaba marcada por golpes, gritos y castigos que dejaban huellas visibles en su cuerpo y en su alma.

Los vecinos habían notado las señales. Sus maestros lo habían visto llegar con moretones y lo reportaron varias veces. El sistema de protección infantil recibió múltiples llamadas de alerta. Y, sin embargo, nadie hizo lo suficiente. Nadie que pudiera cambiar el destino que se acercaba cada vez más.


Ese día, después de una fuerte discusión, Smith descargó toda su ira contra el pequeño. Lo golpeó con un palo de escoba, lo levantó en el aire y lo arrojó contra una cama con brutalidad. Cuando Zymere quedó inconsciente, no lo llevaron al hospital ni pidieron ayuda. Lo dejaron tendido, sin respuesta. Nunca volvió a despertar.

La policía encontró un escenario que hablaba por sí solo: un niño víctima de maltrato constante, atrapado en un círculo de violencia del que nadie lo sacó a tiempo. Los informes posteriores revelaron que, en varias ocasiones, trabajadores sociales habían tenido la oportunidad de intervenir, pero el sistema falló una y otra vez.


En 2019, tras un juicio cargado de indignación, Rysheim Smith fue declarado culpable de asesinato y abuso infantil. La sentencia fue clara: entre 25 años y cadena perpetua. Pero para muchos, el castigo llegaba tarde. El caso de Zymere se convirtió en símbolo del colapso de los servicios de protección infantil de Nueva York, que prometieron reformas urgentes tras su muerte.

Zymere tenía solo 6 años.
Un niño que pedía ayuda con cada mirada, con cada moretón, con cada silencio.
Pero nadie lo escuchó.
Porque a veces, lo más aterrador no es el monstruo escondido en la calle…
sino el que se sienta contigo en la mesa, mientras todos los demás eligen mirar hacia otro lado.

Publicar un comentario

0 Comentarios