Las primeras horas activaron un despliegue intenso: Guardia Civil, batidas vecinales, equipos caninos y rastreos por senderos, barrancos y bocas de gruta. La alarma se amplificó porque Juan Antonio no llevaba móvil ni documentación, algo que solía hacer cuando se adentraba en la sierra. Aun así, esta vez el silencio no tuvo regreso.
Con el paso de los días, el operativo oficial se replegó y la búsqueda pasó a “baja intensidad”. La familia sostuvo el esfuerzo con voluntarios y montañeros que peinaron la sierra una y otra vez, convencidos de que la clave podía estar bajo tierra, en alguna cavidad. La hipótesis de accidente en cueva ha sido, desde el inicio, una de las más repetidas por los suyos.
Los medios locales y autonómicos fijaron pronto los datos esenciales: desaparecido el 20/07/2010, 32 años, experto conocedor del terreno, profundo vínculo con la Sierra de Mijas (llegó a registrar rutas, flora, fauna y decenas de cuevas). Un perfil que hacía aún más desconcertante su ausencia total de rastro.
El caso quedó archivado en 2012 sin resultados. Aun así, cada aniversario reabre la herida pública: exposiciones, concentraciones, marchas solidarias y un mirador que hoy lleva su nombre como gesto de memoria en Mijas. La ciudad insiste en no olvidar, y la familia convierte el recuerdo en una forma de búsqueda.
A lo largo de los años se han barajado varias líneas: caída en cortados o pedreras, extravío con deshidratación y colapso, o un percance subterráneo en una de las muchas cavidades que jalonan la sierra. Ninguna ha podido confirmarse. La montaña, que Juan Antonio conocía como la palma de su mano, guardó silencio.
En 2020, al cumplirse una década, los reportajes recordaron su trayectoria de montañero y espeleólogo y volvieron a pedir colaboración a senderistas y ciclistas que transitan la zona. En 2025, quince años después, la familia organizó una marcha urbana para mantener vivo el caso y sensibilizar sobre las miles de desapariciones activas en España.
La ficha oficial de SOS Desaparecidos mantiene abiertos los datos de referencia: fecha, lugar, edad y condición de experto en montaña. No hay indicios de vida administrativa o bancaria desde el 20 de julio de 2010, dato que, junto con la ausencia de pistas físicas, sostiene el carácter enigmático del expediente.
En la hemeroteca queda también el pulso emocional de la familia: entrevistas, acciones solidarias y el testimonio constante de sus hermanas y su madre, que han convertido la espera en motor comunitario.
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