Los primeros avisos públicos llegaron casi un mes más tarde. El 21 de noviembre de 2022, SOS Desaparecidos difundió su ficha con rasgos muy concretos: 1,68 m, 50 kg, pelo rubio liso, ojos azules, complexión delgada, piercing en la nariz y un tatuaje que nace en el hombro derecho y desciende hasta media espalda. La ropa del día de la desaparición: pantalón y abrigo oscuros y zapatillas deportivas rosas.
La cronología básica, contrastada por prensa local y estatal, dibuja una escena incómoda: el rastro se perdió en el entorno del aeropuerto de La Palma. Medios recordaron, dos años después, un detalle clave que alimentó hipótesis de investigación: no habría llegado a recoger su maleta. Ese mismo aniversario, especialistas en criminología pidieron peinar una zona de aparcamiento bajo las pistas, un enclave técnico de difícil acceso, por si una cámara o un indicio tardío ofrecían un punto más en el mapa.
Con el paso de los meses, el caso salió de los grupos vecinales y saltó a la agenda de Canarias: Televisión Canaria señalaba en sus piezas la ausencia de resultados “en el entorno del aeropuerto”, mientras la familia pedía foco en el perímetro inmediato y en tramos de costa cercanos. Las búsquedas formales y las batidas cívicas se alternaron entre carreteras, aparcamientos y matorrales.
En octubre de 2024, al cumplirse dos años, la atención mediática se reactivó: se reclamó una revisión técnica de cámaras y registros de estacionamiento con retenciones más largas (más allá de los ciclos de sobreescritura habituales), así como la exploración metódica de infraestructuras anexas al recinto aeroportuario. La idea: si no hay un fotograma de salida, quizá hay un vacío de metadatos que explique por qué.
Para octubre de 2025, ya con tres años de silencio, el caso volvió a portada: reportajes recordaron que Natalia había viajado “para iniciar un nuevo trabajo” y que desde el primer día no hubo movimientos bancarios ni comunicaciones públicas conocidas, un patrón que endurece las hipótesis de accidente o intervención de terceros frente a la salida voluntaria.
También en 2025, Diario de Avisos actualizó la ficha descriptiva y las hipótesis abiertas: insistió en la estatura, peso, tatuaje y calzado, y en que la última constancia operativa se ancla en la jornada de llegada. Sin un objeto inequívoco recuperado dentro del aeropuerto ni trayectorias digitales que la sitúen fuera, el tiempo juega a favor del olvido y en contra de la prueba.
Desde el inicio, SOS Desaparecidos centraliza el embudo informativo y mantiene viva la difusión también en redes de la familia y amistades, con llamamientos periódicos a revisar fotos y vídeos tomados ese día en el aeropuerto y carreteras inmediatas. El caso se ha convertido en bandera de quienes piden protocolos de retención de imágenes más amplios para entornos críticos.
El relato público acumuló ruido: algunas notas iniciales situaron la desaparición “en Tenerife” por error, cuando la localización oficial está en La Palma (Villa de Mazo). Las fuentes veraces —SOS Desaparecidos y prensa palmera— han corregido esa deriva, fijando el escenario en la isla bonita desde el primer cartel. En un expediente con pocos anclajes, la precisión geográfica importa.
¿Qué pudo ocurrir? La vía accidental contempla caídas en desniveles o zonas costeras próximas; la vía delictiva se apoya en la ausencia total de señales de vida y en un itinerario de llegada sin desenlace normal (recoger equipaje, desplazarse al alojamiento). La vía voluntaria pierde fuerza por la falta de rastros financieros/telefónicos. Ninguna hipótesis, sin embargo, ha alcanzado el umbral probatorio.
Datos útiles para identificación (oficiales): mujer, 34 años (al desaparecer); 1,68 m, 50 kg, pelo rubio liso, ojos azules, piercing nasal, tatuaje derecho desde hombro a mitad de espalda; pantalón y abrigo oscuros y zapatillas rosas el día 24/10/2022. Cualquier imagen tomada ese día en salidas/llegadas, parking, paradas de guagua o taxis de La Palma puede contener un frame residual.
Cronología mínima verificada: 24/10/2022 (desaparición en Villa de Mazo–La Palma); 21/11/2022 (primer cartel oficial); octubre de 2024 (llamamiento a investigar parking bajo pistas y zona perimetral); octubre de 2025 (tres años sin rastro, repaso de hipótesis y rasgos). El expediente sigue abierto.
Si estuviste en el Aeropuerto de La Palma o su perímetro el 24 de octubre de 2022, revisa tus fotos y vídeos: una silueta al fondo, una matrícula, un recibo. Contacto: SOS Desaparecidos (649 952 957 / 642 650 775) o 112. En casos así, un detalle mínimo puede ser la luz que rompa tres años de sombra.
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