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El Sonido de la Muerte: La terrorífica historia detrás de una llamada

 El Sonido de la Muerte: La terrorífica historia detrás de una llamada

Era una noche como cualquier otra cuando recibí una llamada desconocida en mi teléfono. Pensé en ignorarla, pero algo en mi interior me impulsó a contestar. Desde ese momento, mi vida cambió para siempre.

La voz al otro lado de la línea era susurrante y siniestra, pero no pude entender lo que decía. Pero después de colgar, comencé a sentir una extraña presencia en mi casa. Puertas que se cerraban solas, objetos que se movían sin explicación, sombras que aparecían y desaparecían.




Pero lo peor estaba por venir. Comencé a tener pesadillas espantosas, donde esa misma voz me hablaba de manera amenazante y me obligaba a hacer cosas terribles. Intenté ignorarlas, pero se volvieron cada vez más intensas y aterradoras.

Un día, mientras caminaba por la calle, escuché la misma voz susurrante detrás de mí. Me di la vuelta y vi una figura oscura y amenazante. Corrí tan rápido como pude, pero la figura me siguió hasta mi casa.

Desde entonces, he vivido con miedo constante, sabiendo que esa llamada maldita puede volver a suceder en cualquier momento. A veces, incluso pienso que la figura está todavía acechándome. No sé cómo terminará esto, pero estoy segura de que nunca podré escapar de esa llamada maldita.

La paranoia y el miedo se habían apoderado de mí. Cada vez que recibía una llamada desconocida, mi corazón latía tan fuerte que sentía que iba a explotar. Incluso después de cambiar mi número de teléfono, las pesadillas y la presencia persistían.




Finalmente, decidí buscar ayuda y acudí a un vidente. Al explicarle mi situación, él frunció el ceño y me dijo que nunca antes había visto algo así. Me pidió que trajera un objeto personal para que pudiera realizar una lectura de tarot.

Sin embargo, en lugar de decirme lo que quería escuchar, el vidente me dijo que no buscara ningún objeto y que dejara de huir de mi miedo. Me aconsejó que enfrentara mis temores y que los aceptara como parte de mi vida.

Aunque no estaba segura de que sus palabras me ayudarían, comencé a intentar seguirlas. Poco a poco, los objetos ya no se movían solos y las sombras desaparecieron. Incluso las pesadillas se volvieron menos intensas.

Ahora, aunque todavía siento cierto temor, puedo vivir mi vida sin que me paralice. El vidente me enseñó que la verdadera forma de escapar de la llamada maldita era enfrentarla y aceptarla.

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