La madrugada del 13 de enero de 2022, en Traspinedo (Valladolid), Esther López, 35 años, salió con amigos y se evaporó en un tramo mínimo de carretera. La rutina de una noche cualquiera se quebró sin testigos claros y empezó un vacío que heló a un pueblo entero.
Tras 23 días de búsqueda, el 5 de febrero su cuerpo apareció en una cuneta cercana al casco urbano, muy cerca de los puntos en los que se la vio por última vez. El hallazgo, lejos de cerrar la historia, abrió otra: ¿cómo pudo pasar inadvertida en un lugar ya rastreado? ¿La depositaron allí después?
Los primeros informes forenses describieron rotura de cadera, magulladuras y latigazo cervical, un patrón que encajaba con atropello. En 2024, la ampliación de la autopsia del Instituto de Medicina Legal ratificó el atropello como causa de la muerte y descartó que alcohol, cocaína o hipotermia fuesen determinantes. La hipótesis de una pelea perdió peso.
Esa conclusión alimentó otra duda corrosiva: si fue arrollada, ¿por qué nadie la auxilió? La posición del cuerpo, el tramo ya peinado y la ausencia de marcas claras de arrastre sostienen la sospecha de abandono posterior en la zona. En Traspinedo sigue latiendo la misma pregunta: ¿estuvo allí desde el principio?
La investigación se centró en Óscar S. M., amigo y última persona que estuvo con ella. En octubre de 2024, la jueza lo imputó por homicidio/asesinato y omisión del deber de socorro tras dos años y medio de instrucción. Desde entonces, es único investigado.
Las diligencias han ido sumando indicios: búsquedas en su móvil sobre la zona del hallazgo, borrado del contacto de Esther y rastro biológico de la joven en su vehículo, según resoluciones y filtraciones recogidas por prensa nacional. Aun así, no hay prueba definitiva que cierre el círculo.
La defensa replica: peritos privados sostienen que es “altamente improbable” que el coche de Óscar causara esas lesiones, y piden tumbar la tesis del atropello. La jueza, de momento, ha desestimado nuevos intentos de derribar la autopsia ratificada. El pulso pericial —atropello sí/atropello no— sigue marcando el compás del caso.
En enero de 2025 el juzgado acordó más pruebas; y a 1 de octubre de 2025 la magistrada ha dado 15 días a las partes para concretar acusaciones contra Óscar. El expediente se encamina a la siguiente fase procesal, pero la pregunta esencial permanece: ¿qué ocurrió exactamente esa noche?
Mientras, Traspinedo no olvida. Cada aniversario devuelve velas, lazos morados y la voz obstinada de una familia que no se resigna. Esther dejó un hueco en la mesa y un eco en la carretera: un tramo corto que se convirtió en frontera entre la vida y un silencio que dura demasiado.
Un cuerpo en una cuneta. Un sospechoso imputado. Una causa que avanza a golpes de informe. ¿Fue un atropello seguido de abandono? ¿Hubo ayuda para mover el cadáver? ¿Fallaron los primeros rastreos? A veces, lo más aterrador no es lo que sucede a oscuras… sino lo que, aun a la luz del día, todavía no conseguimos ver.
0 Comentarios