Ainoha Izaga Ibieta Lima: la “mujer del cobertizo” ya tiene nombre, pero aún le falta justicia


La tarde del 4 de agosto de 2018, en una finca del barrio de Olivars (Sant Julià de Ramis, Girona), apareció el cuerpo sin identificar de una mujer joven colgada en un cobertizo/gallinero. No llevaba documentación, nadie en la zona dijo conocerla y no había vehículo cercano. A falta de una identidad, el caso quedó en un limbo forense y mediático: “la mujer del cobertizo”. 

Durante años, el expediente quedó encallado: muerte en circunstancias no esclarecidas y sin indicios concluyentes de criminalidad, según la primera información policial. La mujer fue enterrada en fosa común en Girona mientras la investigación aguardaba un dato que encajara sus huellas con un nombre en algún lugar del mundo. 

La llave llegó desde fuera. En marzo de 2025, INTERPOL anunció que, gracias a la campaña Identify Me, se había logrado la primera identificación en España de una mujer fallecida sin nombre: Ainoha Izaga Ibieta Lima, 33 años, paraguaya. El cruce de huellas dactilares subidas por España con bases de datos de Paraguay permitió cerrar la pregunta esencial: ¿quién era? 


La cronología transnacional encajó piezas: Ainoha viajó a España en 2013; su familia en Paraguay perdió el contacto y denunció la desaparición a mediados de 2019. Esa denuncia no cruzó de inmediato las fronteras, pero la difusión global de Identify Me —fichas, imágenes, rasgos, tatuajes, datos dactiloscópicos— abrió la puerta a la coincidencia. 

INTERPOL publicó la ficha ES05 – The woman in the shed, detallando lugar, fecha y circunstancias del hallazgo, y reiterando la petición de información pública. El caso se convirtió en emblema de cómo una llamada global puede devolver identidad y dignidad a una víctima sin nombre. 

La identificación no cierra el caso: lo reabre. Aunque inicialmente se barajó la hipótesis de suicidio, la muerte continúa catalogada como “no esclarecida”. Con Ainoha ya identificada, los investigadores pueden reconstruir su entorno, trazar últimos movimientos y explorar testimonios que antes no tenían destinataria. 


La noticia recorrió España y Latinoamérica: una mujer paraguaya hallada en 2018 en Girona era, por fin, Ainoha. Medios internacionales y locales subrayaron el hito: primer éxito español de Identify Me, una campaña que empezó en 2023 para poner nombre a decenas de mujeres halladas en varios países europeos. 

El caso también deja una lección institucional: cuando un país no comparte tempranamente huellas o denuncias, una desaparición puede quedar encapsulada en un sumario remoto. El intercambio paraguayo–español vía INTERPOL —Black Notice y cotejo de huellas— demostró cómo la cooperación rompe fronteras y activa líneas nuevas años después. 

Hoy sabemos quién era la mujer del cobertizo; falta saber qué le ocurrió y por qué. ¿Cómo llegó Ainoha a aquella masía? ¿Quién la vio por última vez con vida? ¿Hubo terceros implicados o fue un suceso sin delito? La identidad devuelve preguntas con apellido y una esperanza concreta: que nuevos testigos y microindicios permitan reconstruir sus últimos días. 


Porque Ainoha Izaga Ibieta Lima ya no es un número ni un apodo: es una mujer con historia, familia y país. Su nombre, recuperado seis años después del hallazgo, exige ahora lo esencial: verdad. Si conociste a Ainoha, si la viste en Girona en 2018, si recuerdas un detalle —una llamada, una dirección, un acompañante—, habla: la identidad ya volvió; la justicia aún la está buscando. 

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