Diana B: la turista holandesa que se perdió entre Valle Gran Rey y las cumbres de La Gomera


El 7 de septiembre de 2024, en el valle vertical y luminoso de Valle Gran Rey (La Gomera), el rastro de una mujer parece disolverse en el aire. Se llama Diana B., tiene 49 años, ha volado desde Groningen (Países Bajos) para pasar unos días en una de las islas más salvajes de Canarias. Ese día será la última vez que alguien pueda decir con certeza: “la vimos aquí”. Desde entonces, el caso de la desaparición de Diana B en La Gomera es un hilo abierto entre dos países, un coche abandonado en la montaña y un mar de barrancos donde cualquier paso en falso puede ser el último. 

Antes de perderse en los carteles de “DESAPARECIDA”, Diana B. era una turista más… pero con un físico imposible de olvidar. Según la ficha de SOS Desaparecidos, tiene 49 años, mide 1,80 m, pesa unos 70 kilos, es de complexión delgada, con pelo rubio, largo y liso y ojos azules. Su rostro, captado en la foto que difunden los medios canarios, muestra a una mujer de mirada clara, gesto serio y ese aire de viajera que se siente cómoda lejos de casa. A esa imagen se le suma un detalle clave: no es española, es holandesa, y su desaparición no solo golpea a La Gomera, sino también a una ciudad del norte de Europa donde siguen esperándola. 

Diana había llegado a La Gomera como tantos otros viajeros que buscan algo más que sol y playa: naturaleza, senderos y silencio. La web de Missing Persons Tenerife detalla que llevaba días enviando vídeos y mensajes desde la isla, compartiendo fragmentos de su viaje. Tenía un plan claro: volver a los Países Bajos el 13 de septiembre de 2024. Pero hay una fecha que se interpone como un muro: el 7 de septiembre. Ese día deja de responder. Las comunicaciones se cortan. El vuelo de regreso nunca lo llega a tomar. Y su nombre pasa de un chat de WhatsApp a una ficha en el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES). 

Los primeros avisos públicos sitúan la desaparición de Diana B. en Valle Gran Rey, en la vertiente oeste de La Gomera, un anfiteatro de acantilados y caseríos colgados sobre el Atlántico. Diario de Avisos publica el 20 y el 23 de septiembre de 2024 dos notas con el mismo mensaje: SOS Desaparecidos ha activado una alerta para encontrar a Diana, vista por última vez el 7 de septiembre en Valle Gran Rey. Se insiste de nuevo en su descripción física: 1,80 de estatura, complexión delgada, pelo rubio y largo, ojos azules. A partir de ese recuadro en la sección de sucesos, Diana deja de ser “una turista” para convertirse en “la mujer desaparecida en Canarias”.


Poco después llega el dato que convierte el caso en algo todavía más inquietante: su coche de alquiler aparece, pero ella no. La organización Missing Persons Tenerife explica que el vehículo de alquiler fue encontrado y que la policía del norte de los Países Bajos ha confirmado formalmente su desaparición. El coche estaba cerca del Roque de Agando, en el corazón montañoso de La Gomera, muy lejos de las playas de Valle Gran Rey. Esa combinación —última vez vista en la costa, coche inmóvil en las cumbres— abre un silencio enorme entre un punto y otro del mapa.

El lugar donde aparece el coche no es un detalle menor. El Roque de Agando es una gigantesca aguja volcánica de más de 1.200 metros de altitud, rodeada de crestas, barrancos y carretera de montaña, en pleno entorno del Parque Nacional de Garajonay. Allí el asfalto serpentea entre laurisilva, roques y miradores donde el paisaje impresiona… y cualquier salida del camino puede ser mortal. No es un lugar donde alguien “desaparezca” sin más: o se marcha por su propio pie, o sufre un accidente, o alguien la saca de allí. El coche de Diana se queda, mudo, apuntando a esa zona como escenario probable de lo que pasó después.

La reacción de las autoridades es rápida en términos operativos, aunque ya es tarde para las primeras horas de oro. Missing Persons Tenerife señala que se realizó un rastreo aéreo en las montañas de La Gomera con helicóptero y una búsqueda terrestre a cargo del ejército, peinando la zona alrededor de donde apareció el coche. Son búsquedas en entorno de alta montaña: barrancos, laderas cubiertas de vegetación, zonas donde una caída puede hacer que un cuerpo quede oculto durante mucho tiempo, más aún en una isla con relieve tan brutal como La Gomera.

En paralelo, las alertas oficiales empiezan a multiplicarse. SOS Desaparecidos publica el cartel de Diana B. con referencia 24-13152, detallando fecha de desaparición (07/09/2024), lugar (Valle Gran Rey, Santa Cruz de Tenerife) y su descripción física completa. El CNDES incorpora su ficha: “Diana B., desaparece el 7 de septiembre de 2024; fecha de nacimiento 26/04/1975; 49 años al desaparecer”. La fundación QSDglobal lanza campañas bajo el lema “SIN RASTRO DE DIANA”, recordando en redes que “Diana está #desaparecida desde el día 7 de septiembre de 2024 en #ValleGranRey #SantaCruzdeTenerife”. El caso ya no es solo un rumor local: está en los listados oficiales de personas desaparecidas en Canarias.


La propia Missing Persons Tenerife apunta a la principal hipótesis de trabajo: que Diana sufrió una caída no lejos de donde dejó el coche, cerca del Roque de Agando. No hay indicios públicos de violencia, ni testimonios que hablen de amenazas, ni rastro de una fuga voluntaria cuidadosamente planificada; lo que sí hay es un vehículo inmóvil en una zona montañosa y una isla conocida por su relieve escarpado y sus profundos barrancos. En una geografía así, una persona que camina sola puede, literalmente, desaparecer unos metros fuera del sendero. Esa posibilidad —la de un accidente silencioso en la alta Gomera— es la que centran los esfuerzos oficiales.

Eso no significa que otras hipótesis estén descartadas. Sin un cuerpo, sin objetos personales recuperados y sin testigos de sus últimos pasos, la desaparición de Diana B. sigue siendo un misterio abierto. La confirmación de la policía neerlandesa de que no regresó a su país, ni tomó el vuelo previsto, ni ha vuelto a tener movimientos identificables, descarta la idea de una “escapada voluntaria de última hora” para empezar una vida en otro lugar. Pero también es cierto que, sin nuevas pistas, nadie puede afirmar con certeza si Diana murió en la montaña, si fue víctima de un delito o si ocurrió algo más complejo en el espacio vacío entre Valle Gran Rey y las cumbres del Garajonay.

Mientras su expediente se atasca, la desaparición de Diana se inserta en un contexto mucho más amplio. Según datos del Ministerio del Interior, en 2024 se investigaron 16.147 desapariciones en España, un 6 % más que el año anterior; el 95,5 % de las denuncias se resolvieron y cerca del 72 % se aclararon en menos de una semana. Eso deja un pequeño porcentaje de casos que no se cierran, que pasan meses y años en los listados como “en investigación”. Ahí se encuentra ahora Diana: en esa minoría estadística que, para su familia, lo es todo. No es casual que las provincias de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife figuren entre las que más denuncias registran: el turismo, la orografía y el mar alrededor crean un escenario complejo para las búsquedas.

Más de un año después, las noticias siguen hablando de ella en presente. En noviembre de 2025, medios como Noticias La Laguna recuerdan que “continúa la búsqueda de Diana B. en Tenerife”, subrayando que lleva desaparecida desde el 7 de septiembre de 2024 en Valle Gran Rey y que asociaciones y autoridades no han dado el caso por perdido. QSDglobal vuelve a usar la fórmula que duele leer: “Sin rastro de Diana”. Y en las listas de SOS Desaparecidos de Islas Canarias, su nombre sigue entre los activos, compartiendo espacio con otros turistas y residentes que, igual que ella, se esfumaron sin dejar explicación.

Si leíste o escuchaste sobre la turista holandesa desaparecida en La Gomera y estuviste en la isla en esas fechas, esto va también para ti. Las organizaciones piden que quien tenga cualquier información —por pequeña que parezca— la comparta. SOS Desaparecidos mantiene abiertos sus teléfonos +34 649 952 957 y +34 644 712 806, además del correo info@sosdesaparecidos.es. Missing Persons Tenerife pide expresamente que no se intente localizar o acercarse a Diana por cuenta propia, sino que se contacte con ellos (enquiries@missingpersonstenerife.com, +34 822 130 739) o con las fuerzas de seguridad si alguien cree tener un dato relevante. En este tipo de desapariciones en montaña, un recuerdo tardío de un coche, una caminante, una conversación casual puede ser la pieza que faltaba.


Hoy, Diana B. sigue oficialmente desaparecida. En Groningen hay una silla que lleva demasiado tiempo vacía; en La Gomera, un coche de alquiler ya devuelto a la compañía marca un punto fijo en mitad de un paisaje que lo traga todo; en los servidores del CNDES y de SOS Desaparecidos, su rostro permanece anclado a una fecha que no avanza. Y aquí, en tu pantalla, el caso de Diana B desaparecida en Valle Gran Rey funciona como un recordatorio incómodo: basta un error de cálculo en una carretera de montaña, un desvío de sendero o un giro de mala suerte para que alguien pase de mandar vídeos de viaje… a convertirse en un nombre que el viento repite, año tras año, en las cumbres de La Gomera.

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