Juan Francisco M. C. desapareció en Málaga el sábado 8 de noviembre de 2025. Tenía alrededor de 60 años, vivía en la capital y llevaba una vida tranquila, de rutinas sencillas y paseos de barrio. Ese día salió de casa como tantas otras veces… y desde entonces nadie de su entorno ha vuelto a verlo.
La desaparición se considera de alta urgencia. La alerta fue difundida por el Centro Nacional de Personas Desaparecidas (CNDES) y por la asociación SOS Desaparecidos, que lanzaron sus primeras publicaciones el 11 y 12 de noviembre. En ellas se insistía en que cualquier persona que lo viera debía llamar inmediatamente al 091 o al teléfono de la asociación especializada.
Las fichas públicas describen a Francisco como un hombre de 1,60 metros de estatura, complexión delgada, pelo canoso y ojos marrones. Es la imagen que aparece en los carteles pegados en marquesinas, redes sociales y medios locales: rostro sereno, mirada directa, un vecino que podría cruzarse con cualquiera de nosotros en una calle cualquiera de Málaga.
La fecha clave es el 8 de noviembre de 2025. Ese sábado fue la última vez que la familia tuvo constancia de su paradero. No se ha hecho pública la dirección exacta ni el barrio concreto en el que se le vio por última vez; solo se ha confirmado que la desaparición se produjo dentro del término municipal de Málaga capital, algo que complica el trabajo de búsqueda porque el escenario potencial es una ciudad entera.
En los días siguientes a la denuncia, la Policía Nacional activó los protocolos habituales: comprobación de hospitales, registros de albergues, revisión de cámaras en puntos clave y toma de declaración a personas de su entorno. Paralelamente, voluntarios y colectivos ciudadanos empezaron a compartir el cartel de Francisco en redes, convirtiendo su rostro en una de las imágenes más reconocibles de las alertas recientes en la provincia.
Medios locales como Área Costa del Sol se hicieron eco de la noticia, subrayando la importancia de la colaboración ciudadana. “Buscan en Málaga a Francisco M., un hombre de 60 años desaparecido el 8 de noviembre”, titulaban sus crónicas, recordando que la llamada a tiempo de una sola persona puede ser la diferencia entre un caso resuelto y un expediente congelado durante años.
A medida que avanzaban las horas, el círculo de búsqueda se fue ampliando: estaciones de tren y autobús, accesos a autovías, zonas de paseo habituales para personas mayores y áreas donde podría haber cámaras de seguridad privadas, como comercios y comunidades de vecinos. Hasta el momento, ninguna de esas revisiones ha aportado una imagen clara de Francisco después del día 8.
Un detalle que llama la atención de los investigadores es que, según la información divulgada, no se han comunicado movimientos bancarios ni uso de teléfono móvil vinculados a él desde el día de la desaparición. Es como si, tras su último paseo, su rastro se hubiera cortado de golpe, sin la típica estela digital que suelen dejar incluso las personas de edad avanzada.
También sorprende a su entorno la falta de indicios de una marcha voluntaria. En los artículos y avisos no se menciona ninguna nota de despedida ni conflictos recientes que pudieran explicar una fuga planificada. Todo apunta a una salida de casa aparentemente normal, en un día cualquiera, que terminó convirtiéndose en un agujero negro de información.
Mientras las fuerzas de seguridad continúan con la investigación, la familia y las organizaciones de ayuda insisten en mantener viva la difusión. Hay llamamientos constantes a revisar fotos de ese fin de semana de noviembre, grabaciones de móviles y cámaras domésticas que miren a la calle: un portal, un paso de peatones, la puerta de un supermercado… Cualquier fotograma puede contener la última pista.
En Málaga, donde muchos recuerdan otros casos de personas desaparecidas, el nombre de Francisco se ha sumado a esa lista dolorosa que ningún barrio quiere engrosar. Cada nuevo cartel pegado en una farola es un recordatorio de que la desaparición no es una historia lejana: puede ocurrir al vecino del tercero, al señor que saluda cada mañana desde el banco de la plaza.
Juan Francisco M. C. H. continúa desaparecido. Si vives en Málaga o estuviste en la ciudad el sábado 8 de noviembre de 2025, mira dos veces las fotos y el cartel: hombre de unos 60 años, 1,60 m, delgado, pelo canoso, ojos marrones. Si crees haberlo visto o tienes cualquier información, por pequeña que parezca, llama al 091 (Policía Nacional), al 062 (Guardia Civil) o al teléfono de SOS Desaparecidos: 868 286 726. Tu llamada puede ser la pieza que falta para traerlo de vuelta.
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