La tarde del 14 de febrero de 2022, en pleno Día de San Valentín, Jesús Cristo Rodríguez Mora, de 13 años, salió del Colegio Santo Domingo Savio (Salesianos) de Úbeda, Jaén. Llevaba su uniforme escolar, un abrigo rojo y un pantalón oscuro. Era un día lectivo más en la ciudad… hasta que, al terminar la jornada, su rastro se cortó para siempre.
Jesús Cristo no vivía con su familia biológica: estaba tutelado por la Junta de Andalucía y residía en un centro de menores de Úbeda, después de que los servicios sociales retiraran la custodia a sus padres. Esa condición de menor tutelado marcaría tanto la forma en que se activó la búsqueda, como la sensación de desamparo que sigue rodeando su caso.
Aquel 14 de febrero fue un lunes de rutina: clase, amigos, uniforme, salida del colegio. Según la reconstrucción posterior, la última vez que se le vio fue precisamente a la salida de los Salesianos. No hubo aviso de fuga, ni amenazas previas conocidas, ni una nota de despedida. Simplemente, el chico no regresó al centro de acogida a la hora prevista.
Cuando los responsables del centro comprobaron que Jesús Cristo no volvía, dieron la voz de alarma. La Policía Nacional recibió el aviso ese mismo día y tramitó su desaparición como la de un menor en situación de especial vulnerabilidad. Desde el primer momento se descartó la idea de “se habrá quedado por ahí”, y se habló de una búsqueda “sin descanso” en Úbeda y su entorno.
En las horas y días siguientes se activó un dispositivo amplio: patrullas, agentes de Policía Nacional, avisos a otros cuerpos, revisión de zonas frecuentadas por adolescentes y controles de transporte. Se dictó orden de búsqueda a nivel nacional e internacional, de forma que cualquier identificación en fronteras o comisarías de otros países pudiera cruzarse con sus datos. A pesar de ello, no se obtuvo una sola pista sólida sobre su paradero.
La asociación SOS Desaparecidos difundió su ficha con todos los detalles físicos: 1,50 m de estatura, unos 40 kilos de peso, pelo corto, liso y rubio, ojos azules y complexión normal. En el cartel se repetía el mismo mensaje: desaparecido el 14/02/2022 en Úbeda, Jaén, vestía uniforme del colegio Salesianos, abrigo rojo y pantalón oscuro. Es la referencia 25-06066 de la organización, aún activa hoy.
Su caso llegó pronto a la prensa nacional y a programas especializados en desapariciones. La SER, RTVE y otros medios recogieron la alarma y subrayaron dos cosas: su edad —13 años— y el hecho de que se trataba de un menor tutelado que desaparece entre el colegio y el centro, sin que nadie lo vuelva a ver. En el espacio radiofónico Diario de Ausencias, la Policía llegó a explicar que el dispositivo seguía vivo pese a la falta total de indicios.
Con el paso de los meses, Úbeda y la provincia de Jaén incorporaron su nombre a una lista dolorosa: la de los desaparecidos que no regresan. En 2024, varios reportajes recordaban que Jesús Cristo seguía ausente, y que, como otros casos de la zona, no había ni restos, ni confesiones, ni objetos personales hallados que ayudaran a reconstruir sus últimos pasos. Se convertía así en uno de los siete expedientes “sin respuesta” más inquietantes de la provincia.
En febrero de 2025, distintas cabeceras recordaron que se cumplían tres años desde la desaparición del “niño del abrigo rojo”. Subrayaban un detalle que duele especialmente: Jesús Cristo tenía 13 años cuando se le perdió la pista; hoy tendría 17. Nunca se han registrado movimientos bancarios, ni uso de documentación, ni señales verificadas que apunten a una vida voluntaria lejos de Úbeda.
Sobre qué pudo ocurrir, las hipótesis se mueven en un equilibrio frágil. Oficialmente, la investigación continúa abierta sin una versión única: se ha hablado de posible fuga voluntaria, de captación por terceros y de delito, pero ninguna línea ha reunido pruebas concluyentes. La ausencia de testigos, cámaras clave y rastros digitales deja el caso en un limbo en el que todo es posible… y nada está demostrado.
Su condición de menor tutelado ha abierto también un debate más amplio: ¿quién protege a los niños cuando el Estado es su tutor? Asociaciones de familias de desaparecidos recuerdan que la alerta se activó desde un centro de menores, no desde un hogar, y que eso añade una capa de vulnerabilidad emocional y social a la historia de Jesús Cristo. Mientras tanto, los teléfonos de SOS Desaparecidos y del 112 siguen figurando como vías de contacto para cualquier pista.
Hoy, en los resúmenes sobre desapariciones sin resolver en Jaén, su nombre aparece siempre junto a la misma frase: “se le vio por última vez a la salida del Colegio Santo Domingo Savio”. Las fotos que acompañan los artículos muestran a un adolescente de mirada clara y uniforme escolar, congelado para siempre en sus 13 años, mientras el calendario sigue avanzando sin noticias.
“Entró al cole como cualquier otro día. Salió por la puerta… y el mundo decidió borrarlo”, podría resumirse. La desaparición de Jesús Cristo Rodríguez Mora es una de esas historias que hielan porque no ofrecen consuelo: no hay despedida, no hay explicación, no hay cuerpo. Solo un abrigo rojo en la memoria de Úbeda y una pregunta que se repite desde 2022: ¿dónde está Jesús Cristo?
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