La alerta oficial fijó los datos esenciales: 1,65 m, 55 kg, complexión delgada, ojos negros, pelo negro rizado corto—habitualmente cubierto con pañuelo islámico—, referencia 23-11100 en los listados de desapariciones. La ficha de SOS Desaparecidos y los carteles del CNDES (Guardia Civil) mantienen activa la búsqueda y teléfonos de contacto para cualquier pista.
El contexto importa: la familia llevaba poco tiempo en España y vivía en un recurso de primera acogida en Rivas. La Guardia Civil señaló desde el inicio la posibilidad de que madre e hijos salieran de España, con Francia o Bélgica como destinos probables por redes de conocidos. No hay, a día de hoy, confirmación documental de ese cruce, pero la hipótesis guía parte de las indagaciones.
El 3 de noviembre se formalizaron las primeras comunicaciones internas y, en los meses siguientes, se pidió colaboración ciudadana a medios y ciudadanía. En marzo de 2024, la petición tomó forma pública: notas de Telemadrid, Europa Press, ABC y medios comarcales volvieron a difundir la descripción física y el hecho clave (salida sin aviso con los menores el 2/11/2023).
La senda policial es la habitual en desapariciones con menores: verificación de circuitos sanitarios y escolares, rastreo de viajes y billetes (autobús, tren, avión), consultas a oficinas consulares y revisión de eventuales apoyos logísticos (alojamientos, envíos de dinero). Nada trascendido públicamente ha permitido situar con certeza a Nasteha o a sus hijos en territorio español tras el 2 de noviembre.
A nivel descriptivo y probatorio, lo que sí existe es un consenso informativo: la salida parece voluntaria, no hay indicios de violencia en el punto de partida y la preocupación recae en el bienestar de los menores (2, 8 y 10 años), por su vulnerabilidad y necesidades básicas. Por eso la Guardia Civil pidió reiteradamente difusión masiva de la alerta.
En enero–marzo de 2024, asociaciones y ayuntamientos reimpulsaron los carteles oficiales; algunos municipios colgaron en tablones las fichas del CNDES con la descripción pormenorizada. La huella digital de la alerta siguió viva en redes y perfiles institucionales, manteniendo la desaparición en agenda mientras se exploraban vías internacionales.
Un año después, en noviembre de 2024, organizaciones civiles recordaron el primer aniversario sin rastro y renovaron el llamamiento a facilitar cualquier información, por nimia que pareciera. La ausencia de señales verificables consolidó la categoría de “desaparición con menores a cargo”, un casillero sensible que activa cooperaciones policiales transfronterizas.
A finales de 2025, la situación pública del caso es la misma: no consta localización en España y persiste la línea exterior (Francia/Bélgica) como hipótesis de trabajo, sin descartarse otras. La ficha de SOS Desaparecidos sigue accesible, y los sumarios periodísticos de marzo de 2024 recogen con precisión la cronología mínima y la identidad de los cuatro desaparecidos.
Más allá de la estadística, esta desaparición habla de fragilidades: traslados entre recursos, trámites administrativos, raíces recientes y comunidades puente en otros países. Mientras no haya confirmación documental ni testimonio cualificado, el caso seguirá abierto a indicios. Si los has visto o sabes algo, la vía es directa: 062 (Guardia Civil) o la ficha del CNDES/SOS Desaparecidos. Una llamada puede devolver nombre, escuela y médico a tres niños que un día salieron de un centro… y desaparecieron con su madre.
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