El asesinato de Samuel Luiz: la noche que Galicia no olvidará

Era la madrugada del 3 de julio de 2021, en A Coruña, Galicia.
Samuel Luiz, un joven de 24 años, salía de una discoteca junto a una amiga. La ciudad estaba llena de vida, de música, de risas propias de un fin de semana de verano. Nadie podía imaginar que, en cuestión de minutos, aquella alegría se transformaría en una de las escenas más oscuras y brutales de la historia reciente de España.

Todo comenzó con un malentendido.
Samuel estaba en videollamada con una amiga cuando un grupo de jóvenes pensó que los estaba grabando con su móvil. Las palabras cruzadas crecieron en intensidad, los insultos se mezclaron con amenazas, y lo que debía haberse quedado en una discusión banal se convirtió en la chispa de una tragedia.

Lo que ocurrió después fue indescriptible.
Samuel fue atacado primero con golpes de puño, luego con patadas, hasta que cayó al suelo. La paliza no terminó ahí: los agresores continuaron golpeándolo mientras estaba indefenso. La violencia se prolongó durante minutos, bajo la mirada de decenas de personas. Algunos intentaron intervenir, pero la mayoría observó en silencio, incapaz —o sin querer— detener el horror.

A las 3:00 de la madrugada, Samuel Luiz quedó tendido en el asfalto.
Un joven lleno de sueños, estudiante de auxiliar de enfermería y trabajador, asesinado en plena calle mientras la ciudad seguía su ritmo. Lo que debía haber sido una noche de diversión se convirtió en un crimen que indignó a todo un país.

La noticia sacudió España.
Las primeras investigaciones señalaron que el ataque no solo fue una agresión brutal, sino que también tuvo un trasfondo de odio. Miles de personas salieron a las calles de Madrid, Barcelona, Sevilla, Vigo y decenas de ciudades más, exigiendo justicia para Samuel Luiz y denunciando la violencia que sigue cobrándose vidas en pleno siglo XXI.


La investigación policial avanzó con rapidez.
Las cámaras de seguridad, los testimonios de los testigos y las propias declaraciones de los acusados permitieron reconstruir la secuencia de los hechos. En 2024, tres de los principales implicados fueron condenados a 27, 25 y 20 años de prisión por asesinato. Otros participantes recibieron condenas menores por agresión y encubrimiento.

El caso de Samuel Luiz marcó un antes y un después en la conciencia social española.
No solo por la brutalidad del crimen, sino porque evidenció algo aún más perturbador: la indiferencia de quienes miran y no hacen nada. El silencio y la pasividad se convirtieron en cómplices involuntarios de una tragedia que pudo haberse detenido.

Samuel Luiz tenía 24 años.
Era un joven alegre, trabajador, con sueños de futuro y proyectos por cumplir. Aquella madrugada salió a disfrutar de la vida, sin imaginar que nunca volvería a casa. Su nombre hoy es recordado como símbolo de lucha contra la violencia y el odio.

Su asesinato sigue siendo una herida abierta en Galicia y en toda España. Un recordatorio de que la violencia no siempre llega en la oscuridad de un callejón, sino que puede desatarse a plena luz, en medio de una multitud, frente a los ojos de todos.

Porque a veces, lo más aterrador no es el golpe que se da…
sino el silencio de quienes deciden mirar hacia otro lado.

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