Francisco “Paco” Cano: el profesor y atleta que salió a caminar en Los Barrios y se desvaneció para siempre



La tarde del 13 de agosto de 2022, el calor de verano apretaba en Los Barrios (Cádiz) cuando Francisco Cano Cano, “Paco”, se puso la ropa de deporte, cogió una pequeña mochila y salió de casa para hacer “una ruta más larga de lo habitual”. Le dijo a su mujer que no volvía a comer. Nunca volvió. Desde entonces, el caso de Francisco Cano desaparecido en Los Barrios es una de las ausencias más dolorosas del Campo de Gibraltar: ni rastro, ni escena, ni explicación. Sólo un hombre de 77 años tragado por un sendero que conocía de memoria. 

Antes de convertirse en un rostro de cartel, Paco era una institución en la zona. Exprofesor de Educación Física en el IES Sierra Luna, atleta veterano, vecino conocido y querido. Medía 1,65 metros, unos 60 kilos, pelo canoso corto y liso, ojos castaños y complexión atlética, el cuerpo cincelado por décadas de carreras. Nacido el 24 de diciembre de 1944, acumulaba diez medallas en campeonatos europeos máster y un palmarés impresionante: platas en 1.500 y 3.000 metros en Europeos de veteranos en pista cubierta, múltiples oros en campeonatos andaluces y nacionales, siempre defendiendo los colores de los veteranos de Algeciras.

El 13 de agosto de 2022, la rutina parecía la de siempre. Según ha contado su familia, Paco se acercó a su mujer, cogió varias piezas de fruta, un yogur y una mochila pequeña, y le lanzó una frase que hoy suena casi siniestra: “Hoy voy a hacer una ruta más larga, así que no vuelvo para comer”. Vestía pantalón corto azul oscuro, camiseta blanca y zapatillas deportivas, y no llevaba teléfono móvil, algo habitual en él. Salió sonriente, como quien se va a uno más de sus paseos-entrenamientos por el corredor verde y los caminos cercanos al río Palmones. A partir de esa puerta, su rastro se pierde.


Las primeras horas transcurren entre la lógica confianza en que volverá y la inquietud creciente cuando se hace de noche y Paco no da señales. El aviso a la Guardia Civil se formaliza el domingo 14 de agosto por la tarde, y la denuncia se interpone el lunes. Para entonces, la familia ya sabe que algo no encaja: no es un hombre desorientado, ni frágil, ni alguien que desapareciera sin decir nada. Es un atleta metódico, de costumbres fijas, que conoce los caminos y que, a pesar de su edad, mantenía una forma física envidiable.

En cuestión de horas, SOS Desaparecidos activa una alerta urgente: “FRANCISCO CANO CANO. 77 años. Desaparecido el 13/08/2022 en Los Barrios, Cádiz. 1,65 m, 60 kg, pelo canoso, ojos castaños, complexión atlética. Viste pantalón corto azul oscuro, camiseta blanca, zapatillas y mochila oscura”. El mensaje se multiplica en redes, medios locales y en los móviles del Campo de Gibraltar. Paralelamente, el ayuntamiento de Los Barrios y el alcalde hacen llamamientos para organizar batidas en las zonas donde “parece ser” que fue visto por última vez, en el entorno del corredor verde y la venta El Frenazo, en el Cordel del Jaramillo, un área muy frecuentada por ciclistas y corredores. 

Lo que viene después es un despliegue que, sobre el papel, impresiona. Más de cien personas participan en las primeras jornadas de búsqueda: Guardia Civil, Bomberos, Policía Local, Protección Civil, unidades caninas y decenas de voluntarios, algunos en piragua recorriendo el cauce del río Palmones. Se organizan grupos, se peinan senderos, lindes, cortafuegos, recodos del río, cunetas… El caso salta a radios nacionales, y RNE emite cuñas pidiendo colaboración ciudadana para localizarlo. Pero cada día termina igual: sin rastro de Paco Cano. Ni ropa, ni mochila, ni una pista sólida.


Con el paso de los días, la búsqueda masiva empieza a diluirse. La apertura de la temporada de caza obliga a suspender las grandes batidas con voluntarios; quedan sólo los equipos profesionales, rastreando zonas concretas y trabajando ya más en clave de investigación que de rescate. El foco se centra en el Palmones y su entorno, pero la naturaleza es despiadada: la maleza, el agua y el paso del tiempo borran pistas más rápido de lo que los agentes pueden detectarlas. El resultado, al cabo de unas semanas, es un muro: ni un indicio concluyente.

La familia, mientras tanto, alterna el agradecimiento al pueblo con la crítica a cómo se ha gestionado el caso. En los primeros comunicados, la hija de Paco, Irina Cano, agradece el apoyo de Los Barrios pero deja un mensaje claro: están convencidos de que la desaparición no ha sido voluntaria y piden que el caso no caiga en el olvido. Con el tiempo, irán relatando también situaciones que les dejaron un sabor amargo: supuestos avistamientos que llevaron a desactivar la búsqueda y luego resultaron inconsistentes, cambios de criterio, sensación de descoordinación… todo ello alimentando una mezcla de rabia e impotencia.

En febrero de 2023, cuando se cumplen seis meses sin noticias de Paco Cano, un artículo recuerda quién es el hombre detrás del cartel: un atleta que acaba de cumplir 78 años, con un registro “inalcanzable” como veterano —diez medallas europeas, un sinfín de metales nacionales, triunfos en 800, 1.500 y 3.000 metros en categoría máster—, que simplemente salió a caminar y no regresó. No hay novedades de investigación, no se ha encontrado nada relevante. Lo único que cambia es el tiempo transcurrido.


En agosto de 2024, al cumplirse dos años de la desaparición, la familia concede entrevistas que hielan la sangre. Irina asegura que tienen “poca o ninguna esperanza” de hallarlo con vida y que “lo único” que esperan ya es saber qué pasó. Denuncia que desde diciembre de 2022 no han recibido ninguna comunicación formal sobre el caso, que sus intentos de obtener información han quedado sin respuesta y que sienten que la investigación se hizo mal desde el principio: “si las cosas se hubieran hecho de otra manera, quizá no estaríamos en esta situación”. Según su abogado, el caso estaría cerrado provisionalmente, algo que la familia conoce por él, no por las autoridades. 

En agosto de 2025, un reportaje en Diario Área habla abiertamente del “misterio de Paco Cano” y recoge el ánimo de la familia tres años después: “no sabemos nada desde que desapareció”, “entendemos que no hay investigación y evidentemente no hay búsqueda”. Se menciona que, en algún momento, se llegó a investigar una posible relación entre la desaparición de Paco y el asesino en serie conocido como “Dinamita Montilla”, condenado por varios homicidios en Málaga, pero la propia familia aclara que el informe judicial que recibieron hablaba de una vinculación analizada sin resultados concluyentes. Es decir: no hay pruebas de que ambos casos estén conectados, y Paco sigue oficialmente como desaparecido sin causa acreditada. 

Mientras el caso de Paco se congela, las cifras nacionales dibujan el escenario de fondo. En 2024, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad investigaron en España la desaparición de 16.147 personas, un 6 % más que el año anterior. Según el Centro Nacional de Desaparecidos, el 95,5 % de las denuncias se resuelven, y más del 72 % se esclarecen en menos de una semana. La cara oscura está en el pequeño porcentaje que no vuelve nunca: miles de casos activos que se convierten en desapariciones de larga duración. Paco Cano, el profesor que salía a correr cada mañana, es ya uno de esos nombres que permanecen, año tras año, en la lista.

Hoy, Francisco Cano Cano sigue oficialmente desaparecido. Su ficha en SOS Desaparecidos continúa activa, con la misma foto en la que aparece con camiseta de atletismo y dorsal, la misma descripción física y los teléfonos que llevan años recibiendo pistas que no llegan a nada: +34 649 952 957 y +34 644 712 806. La familia vive atrapada entre la necesidad de saber y el miedo a la respuesta definitiva. Y Los Barrios, el pueblo que se volcó en las primeras batidas, convive con la certeza de que uno de sus vecinos más queridos salió a hacer lo de siempre… y se perdió en algún punto entre el asfalto y la tierra.

Si viviste o entrenaste en Los Barrios, el Campo de Gibraltar o los caminos del río Palmones en aquel verano de 2022; si viste a un corredor veterano, de pelo canoso, pantalón corto azul oscuro, camiseta blanca y mochila pequeña por el corredor verde, o escuchaste comentarios sobre un hallazgo extraño en el campo, puedes seguir haciendo algo: cualquier información, por mínima que parezca, puede comunicarse a SOS Desaparecidos, a la Guardia Civil o a los canales oficiales de colaboración ciudadana. Porque hasta que alguien aporte la pieza que falta, el caso de Francisco “Paco” Cano seguirá siendo lo que es hoy: la historia de un hombre que se pasó la vida corriendo… y que, un día, desapareció en silencio en uno de sus propios caminos.

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