El viernes 10 de noviembre de 2023, en Las Palmas de Gran Canaria, fue un día más de viento alisio, guaguas llenas y gente saliendo del trabajo. Entre toda esa rutina había un hombre de 64 años, pelo ensortijado y una mirada marcada por una lesión en uno de sus ojos. Se llama Juan Luis C. P.. Ese día se convierte en la última fecha que aparece en su ficha: “Desaparece el 10/11/2023 en Las Palmas de Gran Canaria”. Desde entonces, nada. No hay un “último bar”, no hay una cámara de seguridad que lo atrape en un fotograma final, no hay un punto rojo en el mapa. Solo una ciudad entera en la que, de un momento a otro, Juan Luis deja de estar.
Antes de ser una cara en un cartel rojo de “DESAPARECIDO – URGENTE”, Juan Luis era simplemente un vecino más de Las Palmas, un hombre de 64 años, alrededor de 70 kilos, pelo negro y ojos marrones, según la ficha oficial. En la imagen de SOS Desaparecidos se le ve con el pelo rizado y abundante, la piel curtida y un rasgo inconfundible: uno de sus ojos aparece cerrado o gravemente dañado, lo que probablemente condicionaba su día a día y lo convertía en alguien muy reconocible para cualquiera que se cruzara con él con frecuencia. Ese rostro, que para sus conocidos es simplemente Juan Luis, se ha convertido en el símbolo de una ausencia que ya dura más de dos años.
Lo poco que sabemos con certeza del caso Juan Luis C. P. cabe en unas pocas líneas. La asociación SOS Desaparecidos registra su desaparición el 10 de noviembre de 2023 en Las Palmas de Gran Canaria (Las Palmas), con referencia 24-12209, edad en el momento de desaparecer 64 años y edad actual estimada 66 años. El Centro Nacional de Personas Desaparecidas (CNDES) recoge prácticamente los mismos datos: desaparece el 10/11/2023 en Las Palmas de Gran Canaria, pesa unos 70 kilos, pelo negro, ojos marrones. No hay descripción de la ropa que llevaba, ni profesión, ni barrio concreto, ni si vivía solo o acompañado. A nivel público, su vida entera se reduce a eso: un nombre recortado en iniciales, una cara, una fecha y una ciudad.
Muy pronto, su nombre empieza a moverse a través de las redes de búsqueda. La fundación QSDglobal lanza una campaña con un lema que se repetirá durante meses: “Sin rastro de Juan Luis C. P.”, recordando que “Juan Luis, 64 años, está desaparecido desde el día 10 de noviembre de 2023 en Las Palmas de Gran Canaria. #TodoYTodosPorEncontrarlo”. Es la forma en que estas historias intentan no hundirse en el algoritmo: un nombre, una fecha, una ciudad y un hashtag. A partir de ahí, su rostro se multiplica por Facebook, Instagram, X y grupos de WhatsApp, pegado a la palabra URGENTE en rojo, buscando esa mirada que reconozca a un vecino al que de pronto hace tiempo que no ve.
Mientras las redes se llenan de su cara, los medios locales empiezan a hacerse eco. El 19 de abril de 2024, el diario Canarias7 publica una nota breve pero demoledora: “Jesús Andrés M. T. y Juan Luis C. P. continúan desaparecidos en Las Palmas de Gran Canaria”. Recuerda que Juan Luis lleva en paradero desconocido desde el 10 de noviembre de 2023, y que SOS Desaparecidos ha vuelto a difundir su alerta, con los teléfonos 649 952 957 y 644 712 806, además del correo info@sosdesaparecidos.es. Es la confirmación más fría posible: han pasado cinco meses y no hay ninguna pista pública reseñable. Ni hallazgos, ni avistamientos confirmados, ni giros de guion. Solo un vacío que se alarga.
En noviembre de 2025, medios como Noticias Telde recuerdan que ya han pasado dos años sin noticias de Juan Luis C. P. en Las Palmas. El titular no puede ser más claro: “Dos años sin noticias de Juan Luis C. P. en Las Palmas”. No hay un segundo artículo que cuente que lo han encontrado, ni un cierre de caso, ni siquiera una actualización con un “último lugar revisado”. Su nombre aparece como referencia en otras noticias sobre desapariciones recientes en la isla, como un eco que vuelve una y otra vez para recordar que hay ausencias que se van acumulando sobre las anteriores.
El silencio sobre los detalles de la desaparición de Juan Luis puede resultar frustrante, pero también es un dato en sí mismo. A diferencia de otros expedientes, aquí no se ha hecho público si salió de casa para hacer una gestión, si fue visto en una zona concreta de la ciudad, si cogió una guagua o si salió de un centro sanitario. Nada de esto ha sido confirmado en fuentes abiertas, y cualquier relato más concreto sería pura ficción. Lo único que podemos afirmar, sin mentir, es que fue visto por última vez en Las Palmas de Gran Canaria en torno al 10 de noviembre de 2023 y que, desde entonces, no hay rastro confirmado de él.
En este vacío informativo, aparecen inevitablemente las preguntas: ¿desaparición voluntaria, accidente, delito? Ninguna hipótesis está descartada, pero ninguna está respaldada por datos públicos concretos. En España, los informes del Ministerio del Interior recuerdan que en 2024 se investigaron 16.147 desapariciones, un 6 % más que el año anterior; de ellas, el 95,5 % se resolvieron, y el 72 % se esclarecieron en menos de una semana. Eso deja una minoría de casos que no se resuelven rápido, que entran en la categoría de “larga duración”. Juan Luis está, dolorosamente, en ese pequeño porcentaje que se queda suspendido entre expedientes abiertos y esperas interminables.
El contexto canario añade capas de inquietud. Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad abierta al mar, con barrios densos, barrancos, carreteras, zonas portuarias y espacios donde una persona puede desaparecer sin dejar apenas huella. El CNDES recoge cientos de denuncias activas en toda España, y los datos de Interior muestran que las comunidades insulares también soportan su parte de desapariciones de larga duración. En ese mapa, Juan Luis comparte lista con otros nombres que se han ido sumando en la isla: jóvenes, adultos, mayores, nacionales y extranjeros. Todos ellos convierten a Canarias en un territorio donde los carteles de “Missing” forman ya parte del paisaje urbano.
En este tipo de casos, el papel de las asociaciones es vital. SOS Desaparecidos mantiene la ficha de Juan Luis C. P. activa, con la posibilidad de comunicar cualquier avistamiento a través de su web, teléfono o correo. Por su parte, QSDglobal ha insistido en situarlo en la conversación pública con mensajes periódicos: “Sin rastro de Juan Luis C. P.”, “Todo y todos por encontrarlo”, recordando que no se debe normalizar que alguien lleve años sin aparecer. Detrás de cada repost, hay una familia —aunque no salga en cámara— que se despierta todos los días con la misma pregunta: ¿hoy sabremos algo?
La desaparición de Juan Luis también sirve para romper un prejuicio peligroso: el de pensar que cuando un hombre adulto desaparece, “seguro que se ha ido por su cuenta”. El propio CNDES subraya que, aunque muchas denuncias terminan siendo ausencias voluntarias, eso no significa que todas lo sean, ni que la desaparición deje de ser un problema grave. En los casos en los que la persona tiene una posible vulnerabilidad (una discapacidad, una enfermedad, una situación social complicada), la línea entre “se fue” y “le pasó algo” es muy fina… y, sin datos claros, imponer una versión es una forma más de borrar a quien falta.
Hoy, hablar del caso de Juan Luis C. P. desaparecido en Las Palmas de Gran Canaria es, ante todo, lanzar una llamada que todavía puede tener respuesta. Si has vivido o te has movido por la ciudad desde noviembre de 2023, piensa un momento: ¿recuerdas haber visto a un hombre de unos 64–66 años, pelo negro rizado, rostro muy marcado y un ojo visiblemente dañado, parecido al de los carteles? A veces la mente aparca detalles y solo despierta cuando vuelve a ver la foto. Si ese es tu caso, no lo dejes en “qué cosa más rara”: cualquier información, por insignificante que te parezca, puede ser la pieza que falta.
Las vías de contacto siguen abiertas. SOS Desaparecidos pide que cualquier pista sobre Juan Luis C. P. se comunique a los teléfonos +34 649 952 957 o +34 644 712 806, o al correo info@sosdesaparecidos.es. También puedes llamar al 112 o dirigirte a Policía Nacional o Guardia Civil mencionando su referencia oficial (24-12209). No hace falta estar seguro al 100 %: los investigadores están acostumbrados a filtrar y comprobar; lo peor no es equivocarse, sino callar un dato que podría haber hecho la diferencia.
Mientras no llegue esa llamada, Juan Luis C. P. seguirá siendo, oficialmente, un desaparecido de larga duración. No hay certificado de defunción, no hay cuerpo, no hay cierre. Solo un nombre que se repite en notas breves, un rostro que aparece de vez en cuando en tu pantalla y un vacío que se alarga desde aquel 10 de noviembre de 2023. En un mundo lleno de ruido, su caso es una pesadilla silenciosa: la de un hombre que un día estaba, al siguiente no… y que sigue esperando que alguien, en algún rincón de Las Palmas o más allá, recuerde lo que vio y se atreva, por fin, a contarlo.
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